Ir al contenido principal

La directora de orquesta

 Willy es una joven que sueña con alcanzar un sueño que, hasta el momento, ninguna mujer ha alcanzado, convertirse en directora de orquesta. Corre el año 1926 y por ahora solamente trabaja de acomodadora en una prestigiosa sala de conciertos en Nueva York y toca un viejo piano en su propia casa. A pesar de las dificultades, de la misoginia y de las mil y una trabas que sabe encontrará en el camino, no va a rendirse fácilmente.


La directora de orquesta es una preciosa película inspirada en la vida de Antonia Brico (Christanne de Bruijn) la primera mujer que consiguió dirigir una orquesta en la historia de la música. A pesar de que hay personajes y hechos que son ficción, la esencia de la trama recoge la dura existencia de una joven que ha emigrado desde Europa con unos padres que resultan no ser sus verdaderos padres. Willy es en realidad Antonia y cuando descubre su auténtica identidad inicia un duro camino para descubrir sus auténticas raíces.


La cinta transmite con gran intensidad la angustia de una mujer que es vilipendiada por el simple hecho de ser mujer. Nos muestra cómo Antonia se enfrenta a los prejuicios de clase y de género en un mismo cóctel letal para su autoestima. Pero los que pretenden burlarse de ella no saben que se han topado con una mujer difícil de doblegar. A lo largo de las más de dos horas que dura la película te enamoras de una mujer que, como muchas, tuvo que tragarse incontables prejuicios absurdos e indignantes y consiguió demostrar algo tan sencillo como que el género no tenía nada que ver con el talento de una persona.


La directora de orquesta repasa algunos de los hitos más importantes en la historia de Antonia Brico, desde su dirección en la Orquesta Filarmónica de Berlín, hasta la creación de una orquesta para mujeres abanderada por la mismísma primera dama de los Estados Unidos, Eleanor Roosevelt. Una película conmovedora en la que terminas identificándote con la lucha de una mujer que, por desgracia no fue la única que sufrió en sus propias carnes la injusta misoginia.

Comentarios