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La Canción

Ahora que se habla tanto de Eurovisión, de su politización, de la pérdida de su esencia, os recomiendo que veáis la deliciosa serie La Canción (Movistar Plus). Inspirada en cómo se fraguó la decisión de enviar a Massiel al festival, con un tono desenfadado y alejado de trifulcas políticas que últimamente lo impregnan todo, a lo largo de tres episodios se repasa no sólo la historia concreta de la discusión con Joan Manel Serrat a cuenta de su petición de cantar en catalán y la llegada en el último momento de un huracán como Massiel interpretada, por cierto, por una magnífica Carolina Yuste.  A lo largo de la historia real, descubrimos historias personales de personajes ficticios, pero muy auténticos y seguramente con muchos correlatos en la vida real. Chicas jóvenes con ganas de cambiar el mundo; muchachos con ideas pero con miedo a enojar al régimen de Franco; otros dispuestos a romper tabúes demasiado peligrosos... Todo, como digo, en una recreación muy divertida en la que, adem...

Anarquista italiana, Giovanna Berneri (1897-1962)

Wikimedia Commons

 

El 5 de mayo de 1897 nacía la anarquista italiana Giovanna Berneri. Hija de una familia de campesinos de Gualteri, Giovanna pudo estudiar y conseguir el título de maestra que le permitió empezar a trabajar en una escuela de su ciudad natal. Pronto entró en contacto con las ideas socialistas y revolucionarias de principios del siglo que la llevaron, no solo a unirse a grupos feministas y acudir a mítines políticos, sino que tomó la decisión de renunciar al catolicismo de su familia. 

En 1916 conoció a Camillo Berneri, hijo de Adalgisa Fochi, una de sus maestras que llegó a ser una importante feminista en Italia. Camillo había iniciado su actividad política en la Federación de Juventudes Sociales, pero pronto se unió a las ideas anarquistas. Camillo y Giovanna se casaron en 1917, pocos meses antes de que él fuera reclutado en el ejército italiano para luchar en la Primera Guerra Mundial. 

La pareja tuvo dos hijas que seguirían la estela activista de sus padres. Terminada la guerra, el auge del fascismo en Italia los puso en guardia y la pareja empezó a participar en círculos antifastistas convirtiendo su casa en centro neurálgico de opositores intelectuales. 

Cuando Camillo se negó a jurar lealtad al nuevo régimen de Mussolini, se vio obligado a huir de Italia e instalarse en París, mientras que Giovanna y sus hijas se refugiaron en Gualteri con sus padres, hasta que pudo reencontrarse con su marido en Francia. 

Durante los siguientes años, la familia vivió exiliada en París, viviendo en un suburbio de la ciudad en unas condiciones precarias. Camillo fue expulsado de Francia en 1929 acusado de antifascista y traicionado por uno de sus conciudadanos. Giovanna pudo permanecer en la capital francesa donde sobrevivió como pudo. En 1933 pudo abrir una tienda de comestibles que no solo la ayudó a mantenerse económicamente, sino que se convirtió en punto de encuentro de anarquistas. 

Mientras, su marido permaneció en distintos países de Europa, entre ellos España, donde viajó cuando estalló la Guerra Civil para unirse al ejército republicano. Allí fue asesinado por orden de las autoridades comunistas en el marco de las trifulcas entre distintas fuerzas de izquierdas. Tras la muerte de su marido, Giovanna se implicó con más fuerza en el anarquismo internacional. 

Al estallar la Segunda Guerra Mundial, Giovanna Berneri no tardó en ser arrestada por las autoridades de la Francia colaboracionista. Estuvo encerrada en la cárcel de La Santé durante tres meses hasta que fue trasladada a distintas prisiones alemanas de las que fue liberada cuando terminó la guerra. 

De vuelta en Italia, Giovanna continuó con su militancia anarquista clandestina y se implicó en otras luchas sociales como la defensa del control de la natalidad y el uso de anticonceptivos, lo que la llevó de nuevo a ser detenida y encarcelada. Giovanna siguió con su lucha anarquista, escribiendo en distintas publicaciones libertarias de Italia y otros países como los Estados Unidos. 

Giovanna Berneri se instaló en Génova a mediados de la década de 1950, donde vivió hasta su muerte, el 14 de marzo de 1962. 

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