Reina de hecho, Leonor de Guzmán (1310-1351)
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Amante del rey Alfonso XI, Leonor de Guzmán fue algo más. Compañera y madre de diez hijos ilegítimos, actuó durante sus veinte años de relación con el rey como una reina de hecho. Su hijo Enrique iniciaría la dinastía Trastámara al asesinar a su hermanastro e hijo legítimo de Alfonso XI, Pedro I, apodado el Cruel.
Viuda a los 18 años
Doña Leonor de Guzmán pertenecía a una de las casas aristocráticas más importantes de Castilla. Su padre era Pedro Núñez de Guzmán y su madre Juana Ponce de León. Como todas las mujeres nobles, su familia le buscó un buen esposo, Juan Velasco, del que, a pesar de no haber escogido, estaba enamorado. Pero su felicidad duró sólo tres años. Leonor quedaba viuda con tan sólo 18 años.
La bella amante y la adusta esposa
Alfonso XI, rey de Castilla, estaba casado con su prima, María de Portugal. Debido a su cercano parentesco necesitaron una dispensa papal para poder contraer matrimonio. Un matrimonio que nunca gozó de felicidad. María era una mujer de duro carácter, adusta, y, parece ser que poco agraciada. Alfonso se había tenido que casar con su prima cuando ya conocía el amor de manos de la bella e inteligente Leonor. De hecho, ya tenía con ella varios hijos.
Ante esta situación, el rey no tuvo inconveniente en mantener dos casas y dos familias durante toda su vida. Pero mientras María, quien sólo le dio un hijo legítimo, el futuro Pedro I, quedaba relegada de la vida política y de la corte, Leonor actuaba como si fuera la reina de verdad.
Reina de hecho
Tal y como afirma María Jesús Fuente, Leonor recibía honores de reina y se comportaba como tal; no fue una reina “de derecho” pero si lo fue “de hecho”. A excepción de algunos actos en los que sí que aparecía la reina oficial, Leonor participó en los asuntos públicos y privados del rey con total normalidad.
Abundancia de hijos y patrimonio
La bella amante dio al rey diez hijos legítimos. Como regalo ante estos nacimientos, el monarca colmaba a su amada de tierras y propiedades hasta el punto de convertirla en una gran señora feudal que se granjeó el cariño de sus gentes y de la nobleza.
Muerte del rey y fin de Leonor
En 1350, después de veinte años de feliz relación, el rey Alfonso XI murió en el sitio de Gibraltar donde se infectó de la peste negra. No había cumplido los 40 años.
Su hijo legítimo, con 16 años, subía al trono. A su lado, la reina madre salía de una larga prisión de olvido y desprecio por parte de su marido. A Leonor no le sorprendió que María buscara pronto su venganza. En su camino a Sevilla, fue detenida y encarcelada. Sabedora de que no le quedaba mucho tiempo, hizo su último movimiento como política. Buscó una buena esposa para su hijo Enrique que le diera riqueza y apoyo trascendental en Castilla. La mujer elegida fue Juana Manuel.
Enterada de esto, María trasladó a Leonor a Carmona donde quedó totalmente aislada. En 1351, sólo un año después de la desaparición de Alfonso, María ordenaba la ejecución de su eterna rival. Así lo cuenta María Luisa Bueno Domínguez: Atada a un poste a pleno sol y con una cuerda que rodeaba su cuello sujeto a la nuca con una cruceta murió Leonor de Guzmán.
Fin de Leonor, inicio de una dinastía
Descendiente de otra gran amante, Doña Mayor Guillén de Guzmán, Leonor pasó a la historia por ser la madre del que iniciaría la dinastía de la Casa de Trastámara.
Dieciocho años después de su muerte, en 1369, su hijo Enrique de Trastámara asesinaba a su hermanastro Pedro I en el conocido como crimen de Montiel.
Amante del rey Alfonso XI, Leonor de Guzmán fue algo más. Compañera y madre de diez hijos ilegítimos, actuó durante sus veinte años de relación con el rey como una reina de hecho. Su hijo Enrique iniciaría la dinastía Trastámara al asesinar a su hermanastro e hijo legítimo de Alfonso XI, Pedro I, apodado el Cruel.
Viuda a los 18 años
Doña Leonor de Guzmán pertenecía a una de las casas aristocráticas más importantes de Castilla. Su padre era Pedro Núñez de Guzmán y su madre Juana Ponce de León. Como todas las mujeres nobles, su familia le buscó un buen esposo, Juan Velasco, del que, a pesar de no haber escogido, estaba enamorado. Pero su felicidad duró sólo tres años. Leonor quedaba viuda con tan sólo 18 años.
La bella amante y la adusta esposa
Alfonso XI, rey de Castilla, estaba casado con su prima, María de Portugal. Debido a su cercano parentesco necesitaron una dispensa papal para poder contraer matrimonio. Un matrimonio que nunca gozó de felicidad. María era una mujer de duro carácter, adusta, y, parece ser que poco agraciada. Alfonso se había tenido que casar con su prima cuando ya conocía el amor de manos de la bella e inteligente Leonor. De hecho, ya tenía con ella varios hijos.
Ante esta situación, el rey no tuvo inconveniente en mantener dos casas y dos familias durante toda su vida. Pero mientras María, quien sólo le dio un hijo legítimo, el futuro Pedro I, quedaba relegada de la vida política y de la corte, Leonor actuaba como si fuera la reina de verdad.
Reina de hecho
Tal y como afirma María Jesús Fuente, Leonor recibía honores de reina y se comportaba como tal; no fue una reina “de derecho” pero si lo fue “de hecho”. A excepción de algunos actos en los que sí que aparecía la reina oficial, Leonor participó en los asuntos públicos y privados del rey con total normalidad.
Abundancia de hijos y patrimonio
La bella amante dio al rey diez hijos legítimos. Como regalo ante estos nacimientos, el monarca colmaba a su amada de tierras y propiedades hasta el punto de convertirla en una gran señora feudal que se granjeó el cariño de sus gentes y de la nobleza.
Muerte del rey y fin de Leonor
En 1350, después de veinte años de feliz relación, el rey Alfonso XI murió en el sitio de Gibraltar donde se infectó de la peste negra. No había cumplido los 40 años.
Su hijo legítimo, con 16 años, subía al trono. A su lado, la reina madre salía de una larga prisión de olvido y desprecio por parte de su marido. A Leonor no le sorprendió que María buscara pronto su venganza. En su camino a Sevilla, fue detenida y encarcelada. Sabedora de que no le quedaba mucho tiempo, hizo su último movimiento como política. Buscó una buena esposa para su hijo Enrique que le diera riqueza y apoyo trascendental en Castilla. La mujer elegida fue Juana Manuel.
Enterada de esto, María trasladó a Leonor a Carmona donde quedó totalmente aislada. En 1351, sólo un año después de la desaparición de Alfonso, María ordenaba la ejecución de su eterna rival. Así lo cuenta María Luisa Bueno Domínguez: Atada a un poste a pleno sol y con una cuerda que rodeaba su cuello sujeto a la nuca con una cruceta murió Leonor de Guzmán.
Fin de Leonor, inicio de una dinastía
Descendiente de otra gran amante, Doña Mayor Guillén de Guzmán, Leonor pasó a la historia por ser la madre del que iniciaría la dinastía de la Casa de Trastámara.
Dieciocho años después de su muerte, en 1369, su hijo Enrique de Trastámara asesinaba a su hermanastro Pedro I en el conocido como crimen de Montiel.
Si quieres leer sobre ella
Reinas medievales en los reinos hispánicos, María Jesús Fuente
Miradas medievales, más allá del hombre y de la mujer, María Luisa Bueno Domínguez
Alfonso XI, Leonor de Guzmás y sus diez bastardos, José Antonio Vaca de Osma
Amor es rey tan grande, Ignacio Merino
Reinas en la sombra, María Pilar Queralt
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¡Que bonita historia!
ResponderEliminar¿Os importa que ponga un enlace desde mi blog (www.leyendasweb.com) al vuestro?
Es que me encanta
Hola Laura
Eliminarpor supuesto! Encantada de que lo publiquéis en vuestra web
Saludos
Sandra
Estoy preparando una entrada sobre los hijos de Leonor y Maria de Portugal en mi blog. http://elreporterohistorico.blogspot.com.es/
ResponderEliminarMe has sido de gran ayuda. Gracias