El 17 de junio de 1873 nacía la pedagoga y educadora Rosa Sensat. Hija de un marinero y una bordadora, Rosa se unió a este trabajo para ayudar a la economía familiar. Entre bordados y puntillas, estudió para ingresar en la escuela de magisterio. Con su título de maestra bajo el brazo, empezó a dar clases en El Masnou y después en Gerona. Se trasladó a Madrid para obtener el título de profesora de Normales de la Escuela Central de Magisterio y regresó a su Cataluña natal para continuar con su labor de maestra e impulsar un nuevo modelo de escuela. En 1914 su idea se materializaba en la Escuela Municipal del Bosque. También colaboró con la "Associació protectora de l'Ensenyança Catalana". El modelo de escuela de Rosa Sensat se centraba en la igualdad educativa entre niños y niñas, impulsar la educación física y al aire libre y hacer de la educación algo ameno y divertido para sus alumnos. Durante la república, continuó con su proyecto educativo, que se vio tr...
Cuando evocamos una guerra pensamos en bombas, trincheras, soldados batallando, heridos. Muertos. Una imagen del todo veraz, tristemente veraz. Pero detrás de la primera línea de batalla, miles y miles de personas fueron igualmente necesarias para sostener la maquinaria bélica. En 1944, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando los Estados Unidos ya habían entrado de lleno en el conflicto, un grupo de mujeres negras protagonizaron un episodio que no pasó de ser anecdótico para muchos, pero que se convirtió en el símbolo del coraje de unas mujeres que querían apoyar a su patria, una patria que las denostaba por ser mujeres. Y por ser negras. Todos sabemos ya, a estas alturas de la historia, que las mujeres fueron más que necesarias en las dos grandes guerras mundiales como enfermeras, trabajadoras de las fábricas armamentísticas... fueron espías, llegaron a pilotar aviones... En el ejército estadounidense, fueron muchas las que se incorporaron a la maquinaria de guerra. Pero en...