La reina discreta, María de Aragón (1482-1517)


Escultura representando María acompañada de San Juan, en el portal del Monasterio de los Jerónimos
De Pedro Ribeiro - Flickr: Mosteiro dos Jerónimos - Side door detail 1, CC BY 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=16082455

Cuarta hija de los Reyes Católicos, la infanta María tuvo una vida discreta. Puso su destino al servicio de las estrategias dinásticas de sus padres y aceptó contraer matrimonio con el viudo de su hermana mayor. La biografía de María no destaca ningún aspecto importante más que fue una esposa fiel y bondadosa y una madre prolija. Su hija Isabel, quien se casaría con el emperador Carlos V, sería la llave para que años después su nieto Felipe II reclamara sus derechos dinásticos sobre el reino portugués.

María de Aragón nació el 29 de junio de 1482, en Córdoba, en la corte itinerante de sus padres, Isabel y Fernando. En aquel momento se encontraban en la ciudad andaluza porque lidiaban batalla con el reino nazarí de Granada. Pocos minutos después de nacer, la reina Isabel daba a luz a otra niña muerta. María fue la cuarta hija de los Reyes Católicos, antes de ella nacieron Isabel, Juan y Juana y posteriormente nacería la pequeña Catalina.

María recibió una esmerada educación en la corte, de la mano de importantes eruditos y bajo la supervisión de la soberana, empeñada en que todos sus hijos, sin distinción de sexo, tuvieran conocimientos en lenguas, historia, humanidades, entre otras disciplinas, para hacer de ellos importantes reyes o reinas consortes dignas de los tiempos modernos.

En un primer momento, el destino de María quedó en suspenso. Mientras su hermana mayor estaba destinada a ser reina de Portugal, el príncipe Juan rey de Castilla y Aragón y para Juana se pensó en casarla con el archiduque Felipe de Borgoña, ella quedó a la espera de alguna necesidad diplomática en la política geoestratégica de sus padres. La muerte de la primogénita Isabel rompía los lazos con Portugal que tan celosamente habían forjado ambos reinos, por lo que fue entonces cuando se pensó en María para volver a unir dichos lazos.

Manuel I de Portugal, viudo de su hermana Isabel, se avino al acuerdo matrimonial y en octubre de 1500 se casaba con él convirtiéndose en la nueva reina de Portugal. María tuvo escasa influencia política en la corte lusa, dedicándose al principal papel que se le presuponía a las reinas, dar un heredero al trono. No sólo uno dio María, pues fue una mujer fértil que daría a luz hasta diez hijos. De todos ellos destaca el primogénito que se convertiría en el futuro rey de Portugal como Juan III e Isabel, quien se convertiría en la esposa de su primo Carlos, rey de España y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

El 7 de marzo de 1517 fallecía a consecuencia de su último embarazo, del que nacería un infante que tampoco sobreviviría. Tenía solamente treinta y cuatro años.

 Si quieres leer sobre ella

El trágico destino de los hijos de los Reyes Católicos, Vicenta María Márquez de la Plata


Las damas del rey, María Pilar Queralt

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