El ángel del Titanic, Noël Leslie (1878-1956)


Foto: www.ladyalmina.com/pasajeros-del-titanic-8-noel-leslie-condesa-de-rothes/

Cuando aquella fatídica noche del 14 de abril de 1912 el Titanic chocaba contra un iceberg, la vida de sus pasajeros cambió para siempre. Unos se quedaron en las frías aguas del Atlántico Norte mientras otros consiguieron sobrevivir. Miles de historias dramáticas pero también de esperanza y solidaridad dejaron aquellas horas de desesperada lucha por sobrevivir a un naufragio que nadie creyó nunca que pudiera sucederle a aquel barco indestructible. Entre todas esas historias, la de una mujer rica y noble que cogió el timón del bote salvavidas y ayudó a que los que iban a bordo llegaran sanos y salvos al Carpathia. Noël Leslie, que así se llamaba aquella mujer, ya había demostrado en su vida en Inglaterra que, a pesar de haber nacido entre los privilegiados, era necesario ayudar a los que más lo necesitaban.

Lucy Noël Martha Leslie nació el día de Navidad de 1878. Fue la única hija de Thomas y Clementina Dyer-Edwards, una de las parejas más ricas de Inglaterra. Noël fue una niña educada en un mundo de lujos pero en el que también se le inculcó valores de solidaridad y ayuda a los demás.

Cuando Noël llegó a la mayoría de edad tuvo lugar su presentación en sociedad en el Londres de la última época victoriana. La joven deslumbró a todos los jóvenes por su belleza pero solamente uno logró llamar su atención. Norman Evelyn Earl Leslie enamoró a Noël durante un baile en la capital celebrado en 1899, cuando ella tenía veinte años. Norman era miembro de la más alta sociedad nobiliaria inglesa, ostentando el título de 19º Conde de Rothes, uno de los más antiguos del país.

Cuando el 19 de abril de 1900 se casaron, Noël adoptó el título de condesa de Rothes. La pareja se instaló en Londres pues la enorme y lujosa residencia familiar de Leslie House, en Escocia, estaba habitada por un tío de Norman. La vida en Londres fue la típica de una joven pareja de ricos aristócratas, acudiendo a fiestas, codeándose incluso con miembros de la familia real. Pero el nacimiento de su primer hijo, Malcolm George, el 8 de febrero de 1902 despertó en Noël no sólo su lado más maternal sino también un profundo espíritu solidaria. Empezó entonces a realizar obras de caridad dirigidas a los niños pobres de la ciudad.

Dos años después, los condes y su hijo se trasladaron a vivir a Leslie House donde Noël se volcó en ayudar a los más desfavorecidos de la zona ganándose el cariño de todos. Entre sus primeras actividades altruistas destaca la construcción de la Escuela de la Reina Victoria en Dunblane, institución que aún continúa en funcionamiento y el Chelsea Hospital for Women, que hoy en día se conoce como Queen Charlotte's and Chelsea Hospital.

En 1909 nacía John, su segundo hijo por lo que interrumpió temporalmente su labor. Pero pronto reanudó su trabajo. En 1911 fundó una sede de la Cruz Roja en Leslie que dotó con tres ambulancias y ayudó a formar a los más de sesenta voluntarios. El cuerpo de ambulancias recibiría el nombre de Destacamento Condesa de Rothes en su honor.


Foto: Wikimedia Commons

A Noël aún le quedaban fuerzas para inmiscuirse en asuntos políticos participando en los movimientos sufragistas del momento como miembro de la Women's Unionist Association.

Desde 1906, su marido era miembro de la Cámara de los Lores y se había volcado en la vida política y en sus propios negocios que le obligaban a viajar por medio mundo. En febrero de 1912, Norman había viajado a bordo del Lusitania a los estados Unidos y decidió establecerse en California con su familia. Así se lo comunicó a Noël a quien pidió que se reuniera con el para estudiar la situación sobre el terreno.

Fue así como Noël Leslie, acompañada de su prima Gladys Cherry, embarcó en el Titanic dejando a sus hijos en Inglaterra a cargo de niñeras. Instaladas en una de las lujosas suites del barco, la B-77, Noël y Gladys se despertaron asustadas la noche del 14 de abril a causa de un fuerte estruendo. Su reloj marcaba las 11:46 de la noche. Los motores se habían parado. El Titanic había colisionado con un iceberg que lo condenó a hundirse en las gélidas aguas del Atlántico Norte.

Una hora después de la colisión, Nöel, Gladys y su criada subieron en el bote número 8. Ante la determinación de la condesa, el marinero encargado del bote salvavidas, Thomas William Jones cederle el mando. Durante el tiempo que el bote navegaba en dirección al Carpathia, Nöel no dejó de levantar el ánimo de las mujeres a bordo que desesperaban al saber que sus maridos aún se encontraban en el Titanic. Una vez a salvo en el Carpathia, colaboró con todas sus fuerzas para ayudar en todo lo posible a los niños y mujeres supervivientes de tercera clase que habían perdido lo poco que llevaban con ellos.

Noël Leslie siempre rehuyó ser considerada una heroína en el naufragio más famoso de la historia. Poco tiempo después, se reencontró con Thomas William Jones al que regaló un reloj de plata y él le obsequió con una placa de bronce en la que se había grabado el número del bote salvavidas. Durante toda su vida mantuvieron correspondencia.

De vuelta en Londres, durante la Primera Guerra Mundial, Nöel continuó con su labor humanitaria convirtiendo parte de la mansión familiar en un hospital en el que acoger a soldados heridos en el que ella mismo ejerció de enfermera.

En 1927 quedaba viuda y meses después se volvió a casar con el coronel Claud MacFie, con quien no tuvo hijos y vivió hasta su muerte, el 12 de septiembre de 1956, después de una larga enfermedad en el corazón.

Una serie de televisión de 1979, SOS Titanic, recogió su historia y en la famosa superproducción de James Cameron su personaje aparece tímidamente en alguna escena.

 Si quieres leer sobre ella 

The dance of love, Angela Young

Comentarios

  1. Impresionanate! La vida de Noel merece recibir más reconocimiento porque, sí, fue una heroína, pero lamentablemente TODAVÍA la historia la escriben los hombres y se "saltean" figuras ejemplares como ésta y las de tantas más (ni que hablar las de las artistas!) Gracias!

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  2. Conmovedor y Genial! Haría falta sí, una película narrada desde el ángulo de ella. Muchas gracias por compartir, fue muy bonito.

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