La corresponsal de guerra, Martha Gellhorn (1908-1998)



La tortuosa relación que Martha Gellhorn mantuvo con Ernest Hemingway oscureció en parte su genial carrera como corresponsal de guerra. Todos los conflictos bélicos del siglo XX hasta los años ochenta tuvieron en Martha una testigo de excepción, desde las dos guerras mundiales hasta el conflicto de Vietnam, pasando por la Gran Depresión o la Guerra Civil española. Su intensa experiencia como periodista se plasmó en múltiples artículos en prensa, ensayos y novelas que a día de hoy soy un testimonio histórico del siglo XX. En lo personal, Martha Gellhorn no consiguió nunca la estabilidad emocional. Además de Hemingway, tuvo otras relaciones infructuosas. Tampoco consiguió vivir su faceta maternal ni cuando adoptó a Sandy, un niño al que terminó dejando a cargo de unos familiares mientras ella viajaba y vivía la vida que de verdad había elegido.

El principio de un sueño
Martha Ellis Gellhorn Fischell nació el 8 de noviembre de 1908 en San Luis, Estados Unidos, hija del ginecólogo George Gellhorn y la sufragista Edna Fischell. Martha, una buena estudiante, se graduó en 1926 en la escuela John Burroughs y al año siguiente ingresó en el Bryn Mawr College de Filadelphia. Pero Martha tenía claro cual quería ser su futuro y no dudó en abandonarlo todo para cumplir su sueño de convertirse en periodista.

Sin llegar a graduarse, Martha dejó los estudios y empezó a buscar trabajo. Sus primeros artículos se publicaron en el The New Republic. Pero Martha quería llegar más lejos y decidió que quería ser corresponsal en el extranjero y en 1930 marchó a París para trabajar con la oficina United Press. De su primera estancia en Europa, nacería también su primer libro, What mad pursuit, escrito en 1934.



Testigo de la Gran Depresión
De vuelta a los Estados Unidos, Martha fue contratada por la Federal Emergency Relief Administration, un organismo creado por el presidente Roosevelt para recabar información sobre la Gran Depresión que asolaba en aquellos años el país.

Martha se embarcó entonces en un viaje por las zonas més deprimidas siendo testimonio de la pobreza que había inundado ciudades y pueblos de Norteamérica. Junto a la fotógrafa Dorothea Large, elaboraron un trabajo tan exhaustivo que pasó a formar parte de los archivos oficiales de la Gran Depresión. El trabajo de investigación de Martha llegó a oídos de la primera dama, Eleanor Roosevelt, una mujer también muy concienciada de las injusticias sociales. Entre ellas se creó una estrecha relación de amistad que duraría muchos años.

En esta ocasión Martha Gellhorn también utilizó su experiencia para publicar un nuevo libro, titulado The trouble I’ve seen en 1936.

Hemingway y su guerra personal
Aquel mismo año, Martha conoció al escritor Ernest Hemingway en Key West. A pesar de que en aquel tiempo Ernest estaba casado, decidió viajar junto a Martha a España, quien había sido contrata por el Collier’s Weekly para cubrir la guerra civil que acababa de estallar. Empezó entonces una de las épocas más intensas de Martha como corresponsal de guerra no sólo en territorio español. La rápida ascensión y expansión del nazismo y el inicio de la Segunda Guerra Mundial la llevaron a viajar por distintos países europeos y asiáticos. Su novela A stricken field, escrita en 1940, estuvo inspirada en aquellos años convulsos.



Convulsos para el mundo y para su relación con Hemingway quien se quejaba a menudo de sus largas ausencias, que no cesaron ni cuando la pareja se casó aquel mismo año después del segundo divorcio del escritor.

Y es que la pasión de Martha por su profesión llegaba a tales límites que llegó incluso a disfrazarse de camillero para poder introducirse en la zona en la que tendría lugar el desembarco de Normandía convirtiéndose en la única mujer que presenció el histórico Día D.

La reportera que quiso ser madre
Divorciada de Hemingway, Martha Gellhorn mantuvo otras relaciones amorosas esporádicas mientras continuaba viajando allí donde existía un conflicto bélico. Vietnam o la Guerra de los Seis Días en Oriente Próximo fueron algunas de las guerras que cubrió.



Mientras tanto, Martha se dio cuenta que se hacía mayor y que quería ser madre. Así que en 1949 adoptó a un niño en un orfanato italiano y le puso de nombre Sandy. Pero el pequeño no consiguió despertar el instinto maternal de su madre adoptiva ni pudo competir con su amor por el periodismo. Sandy pasó su infancia alejado en muchas ocasiones de Martha, quien lo dejaba a cargo de familiares.

En 1956 se casaba de nuevo, esta vez con un antiguo editor de la revista Time del que se divorciaría nueve años después.

Martha Gellhorn continuó viajando y haciendo lo que realmente siempre había querido ser. Con ochenta y nueve años, Martha Gellhorn, considerada una de las corresponsales de guerra más importantes del siglo XX, se quitaba la vida después de sufrir una larga agonía provocada por un cáncer.

 Si quieres leer más sobre de ella 

Heroínas de la II Guerra MundialKathryn J. Atwood
Gellhorn: a twentieth-century life, Caroline Moorehead

 Películas que hablan de ella 

Hemingway & Gellhorn


Comentarios

  1. Nota curiosa: fue amiga de Juan Benet, a quien conoció cuando ella ya tenía ochenta años y con quien mantuvo correspondencia.

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  2. Tenía entendido que ella decide quitarse la vida porque estaba perdiendo la vista y, además, ya no se sentía bella, algo que para ella era muy importante y que la hacía sentir segura. Antes de encontrarse en decadencia, ella decide cuándo morir, no sin antes despedirse de ciertos amigos cercanos. Asi como decidió todo en su vida, también decidió cómo y cuándo partir. También, es importante mencionar que lo que fue un gran golpe para ella fue la muerte de su madre, que padeció un larga y dura enfermedad. Martha, durante muchos años, dependió de antidepresivos y se mantuvo mucho tiempo sin levantarse de su cama a causa de esta pérdida.

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