Una mujer en el ejército, Ana María de Soto (Siglo XVIII-XIX)

Fragata Nuestra Señora de las Mercedes. Wikimedia Commons

Desde tiempos inmemoriales, la mujer intentó ser relegada del ámbito público, sobretodo de todo aquello relacionado con la política, la guerra y la religión. Poco a poco, muchas de ellas se fueron introduciendo en esos “espacios masculinos”. En algunos casos, sobretodo en el ámbito, quizás, más varonil de todos, las mujeres se mezclaron entre los guerreros ocultando su identidad femenina. En la historia de España, varios nombres aparecen destacados: la Dama de Arintero, la Monja Alférez o Ana María de Soto.

Una joven en la marina
Ana María de Soto fue una mujer nacida en la ciudad cordobesa de Aguilar que nació alrededor de 1777. Su nombre entró en la historia cuando, el 26 de junio de 1793, con 16 años, llegó a San Fernando atraída por el mundo militar. Haciéndose pasar por hombre, Ana María ingresó en la 6ª Compañía del 11º Batallón de Marina. Nadie percibió el engaño y Ana María, haciéndose llamar Antonio, inició su carrera militar.

Aquellos años España participaba en el conflicto europeo entre la Francia Revolucionaria y los las distintas coaliciones que veían como una amenaza los aires revolucionarios galos. España se había posicionado del lado francés por el Tratado de San Ildefonso de La Granja de 1796 para frenar el poderío marítimo de Gran Bretaña, que se había convertido en aquel momento en el gran enemigo de Francia.

Ana María de Soto participó durante cinco años en el conflicto que se trasladó al mar, protagonizado por los ejércitos ingleses y franceses. Primero en Cataluña y más tarde en el sur de la Península donde formó parte de la defensa de Cádiz amenazada por las fragatas inglesas del almirante John Jervis.

Ana María también participó en la Batalla de Cabo San Vicente en 1797 en la que estuvo a bordo de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, uno de las barcos que escoltaba al Santísima Trinidad, uno de los buques de guerra más grande del mundo en aquellos tiempos.

De la fragata Mercedes, en la que había embarcado el 4 de enero de 1794, pasó a la fragata Matilde el 7 de julio de 1798. Un mes después, el 1 de agosto, un reconocimiento médico rutinario destaparía su condición de mujer.

Terminaba así su aventura como marinero. Pero Ana María de Soto, lejos de ser humillada o condenada, fue elogiada por sus compañeros y recibió del rey Carlos IV el grado de sargento y un sueldo con el que poder vivir como mujer.

 Referencias 

armada.defensa.gob.es
revistadehistoria.es/ana-maria-de-soto-cordobesa-de-la-infanteria-marina-espanola
defensa.gob.es/Galerias/gabinete/red/2018/red-348-sargento-soto.pdf

Comentarios

  1. Querida Sandra, ¡en cuántas ocasiones han tenido que recurrir las mujeres al disfraz de varones como único subterfugio para participar en actividades que les estaban vedadas! Interesantísima vida la de esta mujer soldado, digna de ser llevada a la gran pantalla.
    Mil bicos, cara.

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  2. Muy buen artículo Sandra, pero si me permites un par de correcciones, te diré que no era marinero, sino Infante de Marina, y que cuando entró Fernando VII se le quitó la pensión, teniendo que terminar sus días llevando un estanco en Montilla (Córdoba) . Un saludo y muy buen blog. http://www.ejercitos.org/2016/12/15/ana-maria-soto/

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