El 18 de noviembre de 1779 nacía Antonia Nava de Catalán. Conocida como La Generala, fue una heroína de la independencia de México. Antonia se casó con uno de los insurgentes de la revolución, Nicolás Catalán, con el que tuvo 8 hijos.
La familia se había instalado en Jaleaca donde vivían una vida tranquila hasta que en 1810 estalló la guerra. Ambos no lo dudaron y se unieron a las fuerzas del general Morelos. Antonia no tardó en ganarse el respeto de las tropas y llegó a abanderar a un grupo de mujeres dispuestas a sacrificarse durante uno de los sitios más dramáticos en los que los independentistas sufrieron hambre. Ante la propuesta del general de ejecutar a varios soldados para que el resto pudiera comer, Antonia y otras mujeres se ofrecieron ellas a perder la vida. Gesto que fue suficiente para levantar el ánimo de toda la tropa. Desaparecido el desaliento sin tener que llegar a ejecutar a nadie, las mujeres abanderadas por Antonia se unieron igualmente a la lucha armada.
Durante la guerra contra las tropas realistas, Antonia vio morir a uno de sus hijos. Aún así, nunca desfalleció, y continuó activa en el campo de batalla. Cuando en 1821 se firmó el Plan de Iguala por el que Nueva España se declaraba país independiente, Antonia Nava entró a caballo en la ciudad junto al ejército.
Antonia Nava de Catalán falleció en 1843, a los 63 años.

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