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La última emperatriz, Augusta Victoria de Schleswig-Holstein (1858-1921)

 El 22 de octubre de 1858 nacía Augusta Victoria de Schleswig-Holstein, última emperatriz de Alemania. Hija del duque Federico VIII de Schleswig-Holstein y Adelaida de Hohenlohe-Langenburg, Dona, como la conocían cariñosamente, tuvo una infancia feliz. Aunque no fue ajena a los conflictos territoriales que llevaron a la separación de Dinamarca y unión con Alemania de sus ducados. 

En 1868 conoció a Guillermo de Prusia y cuatro años después, el heredero de Federico Guillermo de Prusia pedía su mano. Una elección que no gustó a muchos pues consideraban a Dona una princesa de inferior linaje. Uno de sus principales defensores, el kaiser Otto von Bismarck, creía que con este enlace se solventarían las disputas entre Prusia y los dominios del padre de la novia. En febrero de 1881, se casaban en Berlín. 

La pareja llegó a tener siete hijos que entroncarían con distintas casas reales y nobles de toda Europa. La hija pequeña, Victoria Luisa, era la abuela de la reina Sofía. En 1888, su marido se convertía en emperador de Alemania. Augusta, como emperatriz, se volcó en infinidad de proyectos solidarios y se interesó por los derechos de las mujeres y la educación de las niñas. 


Tras la Primera Guerra Mundial desaparecía la monarquía en Alemania. La abdicación de su marido en 1918 supuso abandonar Alemania para siempre. La pareja se exilió a los Países Bajos. Augusta sufrió un importante declive de ánimo y salud que se vio acrecentado con el suicidio de uno de sus hijos en 1920. Profundamente afectada, un ataque al corazón pocos meses después terminó con su propia vida. Considerada por muchos alemanes como la "Madre de la patria" lloraron su muerte. Su cuerpo, trasladado al palacio de Sanssouci en Potsdam, fue enterrado en una multitudinaria ceremonia a la que no se permitió asistir a su marido.

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