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Muñecas feministas, Rose O'Neill (1874-1944)

 Rose O'Neill nació en Pensilvania, el 25 de junio de 1874, en el seno de una familia numerosa. Ella era una de los siete hijos de William Patrick O'Neill y Alice Smith. Rose fue una niña despierta y creativa que ya desde pequeña disfrutaba garabateando dibujos. Su talento con el lápiz le otorgó algún que otro premio en periódicos locales de Nebraska, donde la familia se había mudado, y no tardó en publicar ilustraciones para rotativos de la zona. 

Wikimedia Commons

Consciente del talento de su hija, William la mandó a Nueva York en 1893 donde, instalada en un colegio de monjas, inició su carrera como ilustradora. Con el apoyo de las religiosas, Rose se puso en contacto con distintos periódicos neoyorquinos y editoriales que le dieron sus primeros trabajos como ilustradora. su tira "The Old Subscriber" publicada en la revista Truth fue la primera que rubricaba una mujer. 

Muñeca Kewpie. Wikimedia Commons

En 1897 conseguía un contrato con la revista Puck en la que llegó a publicar más de setecientas ilustraciones. Casada con un antiguo amigo de Nebraska, Gray Lathman, este aprovechó el dinero que su esposa ganaba con su talento para despilfarrarlo y vivir la vida hasta que Rose se hartó y se divorció en 1901. Un año después se casaba con un editor de la revista Puck, Harry Leon Wilson, con quien compartió su  vida personal y profesional, pues Rose ilustró varias novelas de su marido. 

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Tras la luna de miel, Rose se centró en su trabajo y creó el personaje que la haría célebre. En 1909, la revista Ladies' Home Journal publicaba las ilustraciones de Rose en las que aparecía una nueva heroína llamada Kewpie. Esta se convirtió en todo un fenómeno popular hasta el punto de que Kewpie se convirtió en muñeca de porcelana gracias a un fabricante alemán. 

Rose utilizó su talento en favor de los derechos de las mujeres creando carteles para la causa sufragista. 

El éxito de la muñeca convirtió a Rose O'Neill en una mujer rica. Los años siguientes continuó trabajando en su arte y explorando nuevas disciplinas como la escultura de la mano del célebre escultor Auguste Rodin. 

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Su nivel de vida hizo mella en su economía y Rose tuvo que cambiar sus costumbres por otras más austeras. La Gran Depresión y la popularización de las fotografías que irían sustituyendo a las ilustraciones en periódicos y revistas mermaron aún más su situación profesional. Rose se centró entonces en dar clases de arte hasta que falleció en 1944. 

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