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La delfina breve, María Teresa de Borbón (1726-1746)


El 11 de junio de 1726 nacía en el Real Alcázar de Madrid la infanta María Teresa Antonia Rafaela, segunda hija de Felipe V e Isabel de Farnesio. Era una niña de trece años cuando se cerró la enésima alianza con Francia. El elegido, el delfín Luis, hijo de Luis XV. El acuerdo era doble, pues también se comprometieron su hermano Felipe con la primogénita del soberano francés Luisa Isabel. 

A principios de 1745 María Teresa abandonaba España y a todo su séquito para asumir su papel en el palacio de Versalles. A pesar de su educación y su adaptación al protocolo de la corte gala, su cabellera pelirroja provocó más de un comentario negativo. Aunque lo importante era agradar a su futuro esposo y eso parece que sí sucedió. A diferencia de otros miembros de la familia real francesa, el delfín fue fiel a su esposa y no acogió en palacio a ninguna amante. 


Durante las ausencias de su marido, María Teresa empezó a sentir que no encajaba en una corte en la que primaba la fiesta y la frivolidad por encima de todo. Al parecer, a la delfina le gustaba más el estudio. Le apasionaban las ciencias y disfrutaba con las lecciones del abad Nollet sobre la electricidad. Su profunda fe y estricta moralidad no ayudaron a mezclarse con una corte como la de Versalles. 

Dos años después de su llegada a Francia, María Teresa quedaba embarazada y daba a luz a una niña. Pocos días después, el 22 de julio de 1746, las complicaciones del parto la llevaron a la tumba con tan solo veinte años. Enterrada en Saint Denís, donde descansaban reyes y reinas de Francia, su marido lloraría sinceramente su prematura desaparición. La pequeña nunca fue bautizada, se la conoció simplemente como Madame y falleció dos años después. Luis no llegó a reinar, pero fue padre de los últimos reyes de la Francia del Antiguo Régimen con la princesa María Josefa de Sajonia, Luis XVI, Luis XVII y Carlos X. 

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