El conflicto árabe-israelí lleva enquistado décadas. Oriente Próximo es un polvorín que de manera recurrente se enciende y destruye la exigua convivencia que existe entre los distintos mundos que en aquella hermosa tierra vive. O sobrevive. Judíos, árabes, cristianos, todos ellos reclaman su lugar en la zona. Y no siempre lo hacen de manera pacífica.
Mis hijos es una película que reflexiona sobre cómo aterrizar a la vida cotidiana, el día a día, a los sentimientos personales, más íntimos e influidos por la trayectoria vital de cada uno, un conflicto que llena horas de telediarios como si fuera una película bélica mostrada en capítulos.
El gancho de la historia. Judía se enamora de árabe. Pero la cinta va mucho más allá. Él es un joven que ha crecido rodeado de una violencia institucionalizada. El terrorismo, las bombas, se mezclan con los juegos y el estudio. Un estudio que Eyad aprovecha y se convierte en la esperanza de toda su familia. Su padre le consigue una beca para estudiar en uno de los mejores colegios de Jerusalén. Un colegio judío en el que él es el rarito, pero donde encuentra el amor en Naomi, una muchacha judía que es todo alegría y a la que no le importa el origen ni la fe de Eyad.
Junto a esta historia de amor siguiendo la estela de aquellas grandes historias a lo Romeo y Julieta, mundos irreconciliables junto a sentimientos imposibles, se entrelaza el relato de Yonatan, otro joven judío con una enfermedad degenerativa al que Eyad deberá cuidar para cumplir con sus obligaciones en el servicio social. La madre de Yonatan, Edna, cierra el cuadro. Una mujer desesperada que ve en Eyad mucho más que un chico árabe que viene a entretener a su hijo.
Mis hijos, inspirado en varias obras autobiográficas del escritor Sayed Kashua, es la vida real más allá de los grandes titulares. Es la historia de las horas vividas, del amor y la esperanza, que hombres y mujeres desean alcanzar en un mundo en el que ellos mismos se encuentran atrapados en sus papeles. Eyad no escogió ser árabe. Naomi nació siendo judía. Y el mundo se encargó de dividirlos.
Me encantan las historias reales. Las historias personales, que escudriñan vivencias con nombres y apellidos, con todos sus matices, rompiendo estereotipos, desechando juicios sumarísimos de buenos y malos. Mis hijos es eso, es la vida misma. Es la lucha por avanzar en un mundo con demasiados prejuicios.
Cómo consigo el libro?
ResponderEliminarEn inglés están los libros de Sayed Kashua pero en inglés. Pero en castellano creo que no.
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