De vuelta a su hogar, Julie empezó a trabajar como doctora en las comunidades más vulnerables de Indonesia para mejorar su atención médica especializándose en el control y prevención de enfermedades infecciosas. También centró sus esfuerzos en la educación sexual, la planificación familiar y el control de la natalidad, lo que no fue muy bien recibido por las autoridades civiles y eclesiásticas del momento. Aún así, Julie continuó defendiendo sus ideas y consiguió realizar una ingente tarea desde puestos gubernamentales como la dirección general de Prevención, Erradicación y Control de Enfermedades Infecciosas y del Instituto Nacional de Investigación de la Salud.
Julie impulsó la creación de un hospital de cuarentena en el puerto de Yakarta y varios puestos de salud comunitaria, así como la Fundación de Bienestar Familiar. Igualmente, defendió e implantó un sistema de vacunación masiva y regular, sobre todo entre la población infantil.
Desde 1969 fue profesora en la universidad indonesia de Airlangga y ejerció como consultora de instituciones internacionales como la OMS o Unicef y formó parte del Ministerio de Salud de Indonesia como una de sus más importantes asesoras en prevención, planificación y salud pública.
Julie Sulianti se posición durante la etapa de la invasión japonesa como defensora de la independencia de Indonesia, lo que la llevó a ser detenida en alguna ocasión.
Segunda mujer en alcanzar la presidencia de la Asamblea Mundial de la Salud, Julie Sulianti fallecía en 1991.