A la sombra del genio, Mileva Marić (1875-1948)
Mileva y su marido, Albert. Foto: Wikimedia Commons
Uno de los nombres propios de la ciencia del siglo XX es sin lugar a dudas el de Albert Einstein. Su archiconocida teoría de la relatividad le hizo inmortal y lo convirtió en un icono. Pero detrás del genio existió una mujer que inició una brillante carrera como científica pero que fue dramáticamente truncada por sus circunstancias personales. Mileva Marić, primera esposa de Einstein, le acompañó en las largas horas de estudio que dieron como fruto sus grandes descubrimientos científicos. Hay quien asegura que ella tuvo mucho que ver en ellos.
Mileva Marić nació el 19 de diciembre de 1875 en la localidad Serbia de Titel, entonces parte del Imperio Austro-Húngaro. Mileva era la mayor de los tres hijos, ella era la única chica, de Marija Ruzić y Milos Marić, una pareja acomodada que dio a la joven la oportunidad de estudiar y desarrollar sus capacidades intelectuales que pronto saldrían a la luz. De la escuela infantil para niñas de Novi Sad, pasó a estudiar en el instituto de Sremska Mitrovica, donde se graduó en 1890 con calificaciones excelentes. En el instituto ya había empezado a destacar en las materias científicas por lo que sus padres apoyaron su ingreso en el Colegio Real de Zagreb donde estudiar física estaba vetado a las mujeres. Tras estudiar medicina en la Universidad de Zúrich en el verano de 1896, empezó a estudiar física y matemáticas en el Instituto Politécnico de la misma ciudad. Fue allí donde Milena conoció a Albert Einstein. Desde entonces, se hicieron inseparables.
La joven pareja compartía una pasión excepcional por la ciencia. Pasaban largas horas estudiando y debatiendo sobre leyes físicas y dilemas matemáticos. Hasta que el embarazo de Mileva en 1901 truncó sus sueños para siempre. Los de ella, al menos, pues mientras él continuó con sus estudios, Mileva tuvo que dejar el Instituto Politécnico. Lieserl nacía en enero de 1902 pero qué fue de ella es un misterio pues nunca más se supo de esta criatura que podría haber muerto poco después de nacer o haber sido dada en adopción al haber nacido fuera del matrimonio.
Foto: Wikimedia Commons
Lo que está claro es que la familia de Albert no aceptó nunca a Mileva y hasta que él no tuvo un trabajo con el que poderla mantener no consintió casarse con ella. Cuando en 1903 consiguió un empleo en la oficina de patentes de Berna, Albert Einstein se casó con Mileva Marić convirtiéndola no sólo en la señora Einstein sino en su más fiel compañera de estudios. Tras la larga jornada de trabajo en la oficina de patentes, Einstein se refugiaba en la investigación científica que realizaba a cuatro manos con Mileva. Esta fue la única relación que la señora Einstein mantuvo con la ciencia pues su labor como esposa y madre de dos hijos se convirtieron en su principal tarea. En 1904 nacía Hans Albert y seis años después Eduard, mientras la pareja avanzaba en sus trabajos que se materializarían en descubrimientos clave para la ciencia como el efecto fotoeléctrico, el movimiento browniano o la famosa teoría de la relatividad. Muchos historiadores, basándose en las cartas que se han conservado de ambos así como de familiares y amigos, aseguran que Mileva fue una pieza clave en el desarrollo de estas innovaciones científicas a pesar de que ella nunca reivindicó su papel en las mismas.
Mileva parecía, al menos así lo aparentaba, feliz como esposa y madre y se había resignado a dejar de lado su carrera profesional en favor de la de su marido. Pero esta foto fija aparentemente perfecta se resquebrajó cuando en 1912 Einstein empezó una relación extramatrimonial con su prima Elsa Löwenthal. Desde entonces y hasta el divorcio, Mileva descubrió al Einstein más misógino y cruel.
Foto: heroinas.net/2012/08/mileva-maric-la-primera-esposa-del.html
En 1919 se materializaba el final de la pareja con un divorcio que incluía una cláusula pedida por Mileva, según la cual ella recibiría el dinero del premio Nobel en caso de recibirlo, tan segura estaba de las capacidades científicas de su hasta entonces marido. O de los avances científicos realizados por ambos. ¿Era su manera de cobrarse lo que era suyo, ya que la notoriedad pública le había sido negada?
Efectivamente, en 1921, Albert Einstein recibía el premio Nobel de Física por el descubrimiento de la ley del efecto fotoeléctrico. Sin embargo, el dinero que Mileva recibió se terminó pronto. La esquizofrenia de su hijo pequeño la obligó a buscar médicos y sanatorios que se llevaron todos sus ingresos y tuvo que buscarse la vida dando clases particulares con las que completaba la pensión alimenticia que recibía de su ex marido.
Mileva Marić falleció el 7 de agosto de 1948 a los setenta y dos años, olvidada por todos. Albert Einstein le sobrevivió siete años. Su nombre sería inmortal.
muy interesante, gracias!
ResponderEliminargracias Laura por esta interesantísima información
EliminarQue buen realato de esta Gran Mujer
ResponderEliminarLa serie Genius retrata muy bien la tormentosa relación entre Mileva y Einstein, así como la faceta más misógina y egoísta del genial científico. Y es que de acuerdo con la serie, Einstein era un excelente colega, anfitrión y por supuesto, científico, pero como hombre de familia dejaba mucho que desear.
ResponderEliminarSi coincido, después de leer una biografía de el, me quedo la impresión de un ser egoísta, ella paso momentos muy duros...más aún con la decisión de dar su primera hija.
EliminarHola, he llegado a tu blog por la entrada de Blancanieves y revisando di con esta entrada que me llamó indudablemente la atención.
ResponderEliminarA principios de año vi «Genius» la serie de National Geographic que cuenta la vida de Albert, como es de esperar Mileva juega un papel fundamental, ahí la conocí y te confieso que a medida que avanzaba la serie sentía rabia e impotencia por Mileva, me daba dolor no solo el hecho de que había abandonado sus sueños por cumplir el estándar que pedía la sociedad en ese entonces (y que todavía pide, pero no con el mismo rigor que antes) que era formar una familia. Luego me puse a investigar de ella y entendi que abandonó lo que realmente quería por algo que no...no voy a decir que no amaba a sus hijos, pero tenerlos no era algo que estaba en sus planes, ella quería dedicarse únicamente a la ciencia. Por otro, también sentí algo de rabia por Albert, porque él nunca le dio el reconocimiento que se merecía, incluso en determinado momento ella le reclamó ese detalle, pero en fin...ya sabes, cuando el amor se va...
Me pregunto lo grande que pudo haber llegado a ser Mileva si Albert no se hubiera cruzado en su vida, y no creas que odio a Albert, para nada, sigue siendo una mente muy interesante, pero Mileva se merecía más que la obligación de recibir lo del premio nobel.
En fin, ya estoy haciendo esto muy largo, te recomiendo que veas la serie. Me quedo por tu blog, nos leemos.
- “Más de uno le debe su éxito a su primera mujer, y su segunda mujer a su éxito” - -G.B. Shaw-
ResponderEliminar