La primera mujer en la National Geographic Society, Eliza Ruhamah Scidmore (1856-1928)
Foto: vilda.alaska.edu/digital/collection/cdmg2/id/102/
Cuando Eliza Scidmore miraba una y otra vez mapas en su infancia, no se podía imaginar que acabaría pasando a la historia por ser la primera mujer en incorporarse a la National Geographic Society. Periodista, fotógrafa y apasionada de todo lo que venía de Oriente, Eliza Scidmore fue una viajera incansable que incorporó a la mítica publicación de la Sociedad, las primeras fotografías en color que plasmaron el hermoso mundo de las civilizaciones asiáticas. Tan enamorada estaba de todo lo que venía del otro lado del planeta, que se llevó hasta Washington los primeros cerezos japoneses que hoy en día visitan miles de personas en la capital norteamericana.
Eliza Ruhamah Scidmore nació el 14 de octubre de 1856 en Madison, Wisconsin aunque pasó buena parte de su infancia en Washington, a donde se trasladó con su familia. Su madre se ganaba la vida regentando una pensión en la capital norteamericana. En la década de los setenta, Eliza empezó a trabajar como periodista, algo que empezaba a ser tímidamente común entre las mujeres de su época. Como firmó muchas veces con sus iniciales, E.R. Scidmore, muchos de sus lectores creyeron que era un hombre. Cabeceras como el New York Times o el National Republican publicaron sus artículos que al cabo de poco tiempo le reportaron el dinero suficiente para cumplir el que había sido siempre su sueño, viajar.
Su primer destino fue Japón, un país del que estaba enamorada desde hacía años. Precisamente allí trabajaba su hermano George, como diplomático, lo que le abrió a Eliza las puertas de muchos lugares poco concurridos para los viajeros. Después de escribir para varias revistas norteamericanas acerca del mundo nipón, Eliza regresó a los Estados Unidos con un sinfín de experiencias bajo el brazo… y unas fotografías de los hermosos cerezos japoneses que enseñó en las oficinas del presidente para intentar convencerles de que los importaran para poderlos contemplar en los jardines de Washington.
Eliza viajaría en muchas otras ocasiones a Japón pero aún tenía que recorrer otros lugares del planeta. En 1884 viajó a Alaska, cuya experiencia plasmó en su primer libro. No sería el último, porque los muchos viajes que hizo a distintos países asiáticos fueron inspiración para otros libros.
Cuando Eliza Scidmore miraba una y otra vez mapas en su infancia, no se podía imaginar que acabaría pasando a la historia por ser la primera mujer en incorporarse a la National Geographic Society. Periodista, fotógrafa y apasionada de todo lo que venía de Oriente, Eliza Scidmore fue una viajera incansable que incorporó a la mítica publicación de la Sociedad, las primeras fotografías en color que plasmaron el hermoso mundo de las civilizaciones asiáticas. Tan enamorada estaba de todo lo que venía del otro lado del planeta, que se llevó hasta Washington los primeros cerezos japoneses que hoy en día visitan miles de personas en la capital norteamericana.
Eliza Ruhamah Scidmore nació el 14 de octubre de 1856 en Madison, Wisconsin aunque pasó buena parte de su infancia en Washington, a donde se trasladó con su familia. Su madre se ganaba la vida regentando una pensión en la capital norteamericana. En la década de los setenta, Eliza empezó a trabajar como periodista, algo que empezaba a ser tímidamente común entre las mujeres de su época. Como firmó muchas veces con sus iniciales, E.R. Scidmore, muchos de sus lectores creyeron que era un hombre. Cabeceras como el New York Times o el National Republican publicaron sus artículos que al cabo de poco tiempo le reportaron el dinero suficiente para cumplir el que había sido siempre su sueño, viajar.
Su primer destino fue Japón, un país del que estaba enamorada desde hacía años. Precisamente allí trabajaba su hermano George, como diplomático, lo que le abrió a Eliza las puertas de muchos lugares poco concurridos para los viajeros. Después de escribir para varias revistas norteamericanas acerca del mundo nipón, Eliza regresó a los Estados Unidos con un sinfín de experiencias bajo el brazo… y unas fotografías de los hermosos cerezos japoneses que enseñó en las oficinas del presidente para intentar convencerles de que los importaran para poderlos contemplar en los jardines de Washington.
Eliza viajaría en muchas otras ocasiones a Japón pero aún tenía que recorrer otros lugares del planeta. En 1884 viajó a Alaska, cuya experiencia plasmó en su primer libro. No sería el último, porque los muchos viajes que hizo a distintos países asiáticos fueron inspiración para otros libros.
Foto: wisconsinhistory.org/Records/Image/IM90045
En 1890 se incorporó a las filas de una jovencísima National Geographic Society que había nacido dos años antes. Poco después asumió el cargo de secretaria y escribió decenas de artículos. Con una sencilla cámara Kodak, Eliza viajó por el continente asiático convirtiéndose en la primera fotógrafa de la revista. Los primeros números de la famosa publicación de la National Geographic Society incorporaban pocas fotografías porque encarecían mucho el precio de la edición. Pero cuando Eliza envió a la redacción una serie de imágenes sobre mujeres y niños japoneses en color supusieron un cambio importante en la revista.
Además de los libros sobre sus viajes y los artículos en la National Geographic, Eliza se inspiró en la guerra ruso-japonesa, que vivió en primera persona en uno de sus muchos viajes, para escribir una novela.
La muerte le llegó el Ginebra, a donde se había trasladado para escribir sobre la recién creada Sociedad de Naciones. El 3 de noviembre de 1928 fallecía a la edad de 72 años. Sus cenizas fueron trasladadas a su amada Japón.
En 1890 se incorporó a las filas de una jovencísima National Geographic Society que había nacido dos años antes. Poco después asumió el cargo de secretaria y escribió decenas de artículos. Con una sencilla cámara Kodak, Eliza viajó por el continente asiático convirtiéndose en la primera fotógrafa de la revista. Los primeros números de la famosa publicación de la National Geographic Society incorporaban pocas fotografías porque encarecían mucho el precio de la edición. Pero cuando Eliza envió a la redacción una serie de imágenes sobre mujeres y niños japoneses en color supusieron un cambio importante en la revista.
Además de los libros sobre sus viajes y los artículos en la National Geographic, Eliza se inspiró en la guerra ruso-japonesa, que vivió en primera persona en uno de sus muchos viajes, para escribir una novela.
La muerte le llegó el Ginebra, a donde se había trasladado para escribir sobre la recién creada Sociedad de Naciones. El 3 de noviembre de 1928 fallecía a la edad de 72 años. Sus cenizas fueron trasladadas a su amada Japón.
Referencias
britannica.com/biography/Eliza-Ruhamah-Scidmore
nationalgeographic.com/magazine/plus/lost-and-found/woman-shaped-national-geographic-eliza-scidmore/
en.wikipedia.org/wiki/Eliza_Ruhamah_Scidmore
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