La esposa del rey noble, Leonor de Trastámara (1360-1415)
Leonor de Trastámara en la Virgen de Tobed (Detalle) Wikimedia Commons
Leonor de Trastámara es otra de muchas reinas del solar hispano de la que se sabe muy poco pero cuyo papel en la corte castellana y navarra fue importante para el devenir de aquellos reinos. Hija de Enrique II, se casó con Carlos III de Navarra, conocido como El noble. Durante la regencia de su sobrino ayudó a gobernar en Castilla y después en Navarra, como reina, tuvo siempre un papel activo en el gobierno del reino. La muerte de seis de sus ocho hijos sumiría a la reina en una terrible tristeza y soledad.
Leonor de Trastámara nació en el año 1360, hija de Enrique II de Trastámara y doña Juana Manuel, hija a su vez del poeta don Juan Manuel. Su abuela paterna, de la que recibió su nombre, fue la amante de Alfonso XI de Castilla, doña Leonor de Guzmán.
Leonor pasó su infancia viajando por distintos puntos de la península junto a sus padres. Y es que en aquel tiempo, Enrique, su padre, se encontraba sumergido en el conflicto dinástico con su hermanastro, Pedro el Cruel, que, como es bien sabido, terminaría con la muerte de este y el inicio de la Dinastía Trastámara en el trono. Pero en el momento de nacer Leonor, Enrique aún no había ganado la batalla y se encontraba refugiado con su esposa en Zaragoza donde esta dio a luz.
Virgen de Tobed | Jaume Serra. En la parte inferior derecha, aparece Leonor junto a su madre Juana Manuel. Wikimedia Commons
No fue hasta seis años después que la pequeña Leonor y su madre se reunían con el entonces rey Enrique II quien fue coronado en las Huelgas de Burgos. La tranquilidad familiar y dinástica duró muy poco y Juana tuvo que marchar de nuevo a Zaragoza con su hija y después al Languedoc. En Francia dejaron sus padres a la infanta pues aún no estaba asegurada la corona en la testa de Enrique.
El 23 de marzo de 1369 Enrique asesinaba a Pedro en Montiel y Enrique y Juana se convertían definitivamente en reyes de Castilla. Fue entonces cuando Leonor fue reclamada por su padre para utilizarla en sus acuerdos políticos. Primero intentó que la infanta fuera moneda de cambio para sellar la paz con Portugal pero terminaron casándola con el heredero de Navarra. En 1375 se celebrara el matrimonio entre Leonor y Carlos y este se trasladaba a vivir a la corte castellana según los acuerdos firmados entre los reyes de Castilla y Navarra.
La tranquilidad vivida por la nueva pareja los primeros meses de matrimonio se vio rota tres años después cuando Carlos fue hecho prisionero en Normandía por el ejército francés. Tres años pasaría retenido en Francia, un tiempo en el que al desconsuelo por la lejanía de su esposo se sumó las muertes de su padre, en 1379 y su madre, en 1381.
Leonor de Trastámara es otra de muchas reinas del solar hispano de la que se sabe muy poco pero cuyo papel en la corte castellana y navarra fue importante para el devenir de aquellos reinos. Hija de Enrique II, se casó con Carlos III de Navarra, conocido como El noble. Durante la regencia de su sobrino ayudó a gobernar en Castilla y después en Navarra, como reina, tuvo siempre un papel activo en el gobierno del reino. La muerte de seis de sus ocho hijos sumiría a la reina en una terrible tristeza y soledad.
Leonor de Trastámara nació en el año 1360, hija de Enrique II de Trastámara y doña Juana Manuel, hija a su vez del poeta don Juan Manuel. Su abuela paterna, de la que recibió su nombre, fue la amante de Alfonso XI de Castilla, doña Leonor de Guzmán.
Leonor pasó su infancia viajando por distintos puntos de la península junto a sus padres. Y es que en aquel tiempo, Enrique, su padre, se encontraba sumergido en el conflicto dinástico con su hermanastro, Pedro el Cruel, que, como es bien sabido, terminaría con la muerte de este y el inicio de la Dinastía Trastámara en el trono. Pero en el momento de nacer Leonor, Enrique aún no había ganado la batalla y se encontraba refugiado con su esposa en Zaragoza donde esta dio a luz.
Virgen de Tobed | Jaume Serra. En la parte inferior derecha, aparece Leonor junto a su madre Juana Manuel. Wikimedia Commons
No fue hasta seis años después que la pequeña Leonor y su madre se reunían con el entonces rey Enrique II quien fue coronado en las Huelgas de Burgos. La tranquilidad familiar y dinástica duró muy poco y Juana tuvo que marchar de nuevo a Zaragoza con su hija y después al Languedoc. En Francia dejaron sus padres a la infanta pues aún no estaba asegurada la corona en la testa de Enrique.
El 23 de marzo de 1369 Enrique asesinaba a Pedro en Montiel y Enrique y Juana se convertían definitivamente en reyes de Castilla. Fue entonces cuando Leonor fue reclamada por su padre para utilizarla en sus acuerdos políticos. Primero intentó que la infanta fuera moneda de cambio para sellar la paz con Portugal pero terminaron casándola con el heredero de Navarra. En 1375 se celebrara el matrimonio entre Leonor y Carlos y este se trasladaba a vivir a la corte castellana según los acuerdos firmados entre los reyes de Castilla y Navarra.
La tranquilidad vivida por la nueva pareja los primeros meses de matrimonio se vio rota tres años después cuando Carlos fue hecho prisionero en Normandía por el ejército francés. Tres años pasaría retenido en Francia, un tiempo en el que al desconsuelo por la lejanía de su esposo se sumó las muertes de su padre, en 1379 y su madre, en 1381.
By Leonor_de_trastamara.jpg: Yiorsitoderivative work: Morancio (talk) - Leonor_de_trastamara.jpg, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=11417918
Cuando Carlos regresó de su reclusión en Francia, él y su mujer fueron puestos bajo la protección de Juan I, hermano de Leonor con quien Carlos congenió desde el primer momento. Fueron unos años tranquilos en los que empezaron a nacer los primeros vástagos de la pareja.
En 1387 fallecía Carlos II de Navarra y su hijo heredaba el trono. Leonor se convertía entonces en reina de Navarra. Pero Leonor permaneció muy poco tiempo en su nuevo reino. Aquel mismo año partía a Castilla, para permanecer junto a su hermano en un viaje que se suponía una breve temporada de recuperación tras una enfermedad pero que terminó convirtiéndose en una larga estancia de siete años. Celos, falta de ayuda económica e incluso un miedo patológico a ser envenenada por el propio rey su marido, fueron algunos de los argumentos que se barajan para intentar entender la huída de Leonor de Navarra.
Durante su estancia en Castilla fallecía su hermano y subía al trono el niño rey Enrique III. Leonor se volcó entonces de lleno en el gobierno del reino de su sobrino. Fue en 1394, cuando Enrique III tenía dieciséis años que negoció con Carlos III de Navarra la vuelta de su tía con su marido. Tras un tiempo de resistencia y de intento de Leonor de no volver a Navarra, en abril de 1395 volvía de nuevo a su reino.
Desde entonces y hasta su muerte, Leonor fue una reina respetada por su pueblo y reconciliada con su marido. En 1402 empezaba sin embargo un tiempo oscuro para la reina al ver perder a seis de sus ocho hijos. En 1413, poco después de la muerte de su hija Juana, Leonor redactaba su testamento. Fallecería dos años después.
Cuando Carlos regresó de su reclusión en Francia, él y su mujer fueron puestos bajo la protección de Juan I, hermano de Leonor con quien Carlos congenió desde el primer momento. Fueron unos años tranquilos en los que empezaron a nacer los primeros vástagos de la pareja.
En 1387 fallecía Carlos II de Navarra y su hijo heredaba el trono. Leonor se convertía entonces en reina de Navarra. Pero Leonor permaneció muy poco tiempo en su nuevo reino. Aquel mismo año partía a Castilla, para permanecer junto a su hermano en un viaje que se suponía una breve temporada de recuperación tras una enfermedad pero que terminó convirtiéndose en una larga estancia de siete años. Celos, falta de ayuda económica e incluso un miedo patológico a ser envenenada por el propio rey su marido, fueron algunos de los argumentos que se barajan para intentar entender la huída de Leonor de Navarra.
Durante su estancia en Castilla fallecía su hermano y subía al trono el niño rey Enrique III. Leonor se volcó entonces de lleno en el gobierno del reino de su sobrino. Fue en 1394, cuando Enrique III tenía dieciséis años que negoció con Carlos III de Navarra la vuelta de su tía con su marido. Tras un tiempo de resistencia y de intento de Leonor de no volver a Navarra, en abril de 1395 volvía de nuevo a su reino.
Desde entonces y hasta su muerte, Leonor fue una reina respetada por su pueblo y reconciliada con su marido. En 1402 empezaba sin embargo un tiempo oscuro para la reina al ver perder a seis de sus ocho hijos. En 1413, poco después de la muerte de su hija Juana, Leonor redactaba su testamento. Fallecería dos años después.
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