La reina del Prado, María Isabel de Braganza (1797-1818)
María Isabel de Braganza como fundadora del Museo del Prado (Detalle). Bernardo López Piquer. Museo del Prado
La reina María Isabel de Braganza tuvo una vida muy corta pero su papel en el mundo del arte y la cultura fue determinante en la historia de nuestro país. No en vano, fue ella quien motivó la creación del Museo Nacional del Prado, una de las pinacotecas más importantes del mundo. Pero en lo personal, María Isabel tuvo una existencia desdichada. De Portugal al exilio brasileño con una familia en la que había poco amor, para volver a Europa a casarse con su tío, el monarca español Fernando VII, María Isabel de Braganza falleció con poco más de veinte años a causa de una terrible equivocación médica.
La infanta portuguesa
María Isabel de Braganza y Borbón nació el 19 de mayo de 1797 en el Palacio Real de Queluz, en Portugal. Era la primogénita de los futuros reyes Juan VI y Carlota Joaquina. Detrás de ella nacieron ocho hijos más, a pesar de que el matrimonio real no fue una relación en la que reinara el amor. De hecho, en 1806, cuando María Isabel aún no había cumplido los diez años, sufrió la separación de sus padres.
La pequeña infanta fue educada con esmero por profesores afines a la Compañía de Jesús y recibió una exquisita formación artística.
Pero su vida en Portugal terminó el 27 de noviembre de 1807 cuando la familia real tuvo que marchar al exilio tras las invasiones napoleónicas de la península. En Brasil, María Isabel permaneció junto a su madre, pues sus progenitores continuaron manteniendo vidas separadas.
Museo del Prado
Reina de España
En 1814, el rey español Fernando VII, quien también había sufrido su propio exilio, volvía victorioso. Restaurados los Borbones en el trono de España, Fernando VII decidió volver a casarse y la elegida fue su sobrina, María Isabel de Braganza (su madre era hermana de Fernando).
El 22 de febrero de 1816 se firmaban las capitulaciones matrimoniales de un doble enlace. María Isabel se casaría con su tío Fernando mientras que su hermana María Francisca se casaría con el hermano de este, Carlos María Isidro.
Un mes después, las dos infantas iniciaban un largo viaje hacia tierras españolas. El 28 de septiembre de 1816 se encontraban las dos hermanas cerca de Madrid con sus ya entonces esposos con los que se habían casado por poderes en Cádiz. Fernando tenía entonces treinta y dos años y ella diecinueve. La ceremonia de ratificación de los dos enlaces se celebró en la iglesia madrileña de San Francisco el Grande.
Dos meses después, María Isabel empezó a notar los síntomas de un primer embarazo. Pero la alegría inicial duraría muy poco tiempo. La infanta María Isabel Luisa, nacida el 21 de agosto de 1817, no superó los cinco meses de vida.
La impulsora de las artes
María Isabel de Braganza era una gran aficionada al arte. En una estancia en El Escorial visitó las obras de restauración del monasterio que había quedado dañado después de la guerra de la Independencia. En sus sótanos descubrió un gran número de obras de arte mal apiladas y pensó en exponerlas en el palacio de Riofrio. Los lienzos eran obras de grandes maestros italianos y españoles y que se habían trasladado allí desde el desaparecido Alcázar de Madrid. Otras eran pinturas expropiadas por los franceses que se habían almacenado en aquellos sótanos para ser trasladadas con posterioridad a París.
El pintor Francisco de Goya propuso entonces a María Isabel que las trasladara de nuevo a Madrid donde se podrían mantener mejor y podrían ser admiradas por un mayor número de personas.
María Isabel de Braganza como fundadora del Museo del Prado. Bernardo López Piquer. Museo del Prado
El lugar para albergar aquella incipiente pinacoteca fue el Gabinete de Historia Natural, un edificio aún por terminar que había mandado construir Carlos III, abuelo de su esposo. Nacía así el Museo del Prado, gracias a la inquietud artística de la reina María Isabel de Braganza.
Una cesárea mortal
María Isabel se volvió a quedar de nuevo embarazada, un embarazo que se vivió con cierta preocupación por parte de los médicos. El 26 de diciembre de 1818 empezaron las primeras contracciones. El parto se alargó hasta que la reina sufrió una preeclampsia que las crónicas del momento denominaron una alferesía. Lo cierto es que horas antes de iniciarse el parto, la reina se había visto aquejada de unos fuertes dolores de cabeza, preludio del terrible desenlace. Los médicos, ante el cuerpo inconsciente de María Isabel, la creyeron muerta. El rey dio autorización para practicar a su esposa una cesárea de urgencia e intentar salvar a un posible heredero al trono. Mientras, su hermana María Francisca insistía en esperar creyendo que María Isabel no había muerto. No se equivocaba. Cuando el médico empezó a cortar el vientre de la reina ésta dio un grito desgarrador. Sin ninguna compasión para la parturienta, la cesárea no se detuvo. María Isabel murió desangrada. Tenía solamente veintiún años. La niña que extrajeron de su vientre moría a los pocos minutos.
María Isabel no dio a la corona el ansiado heredero, por eso fue enterrada en el Panteón de Infantes de El Escorial. Fue sin embargo gracias a ella que hoy podemos disfrutar de una de las pinacotecas más importantes del mundo.
El Real Museo de Pintura se inauguraba el 19 de noviembre de 1819, un año después de su muerte. El pintor Bernardo López Piquer inmortalizó a María Isabel en un bello cuadro en el que aparece señalando con una mano el edificio del que sería el Museo del Prado y con la otra se apoya sobre los planos del mismo.
Si quieres leer sobre ella
Los espejos de Fernando VII, Mª Pilar Queralt del Hierro
Ginecología y vida intima de las reinas de España, Enrique Junceda
Pero su vida en Portugal terminó el 27 de noviembre de 1807 cuando la familia real tuvo que marchar al exilio tras las invasiones napoleónicas de la península. En Brasil, María Isabel permaneció junto a su madre, pues sus progenitores continuaron manteniendo vidas separadas.
Museo del Prado
Reina de España
En 1814, el rey español Fernando VII, quien también había sufrido su propio exilio, volvía victorioso. Restaurados los Borbones en el trono de España, Fernando VII decidió volver a casarse y la elegida fue su sobrina, María Isabel de Braganza (su madre era hermana de Fernando).
El 22 de febrero de 1816 se firmaban las capitulaciones matrimoniales de un doble enlace. María Isabel se casaría con su tío Fernando mientras que su hermana María Francisca se casaría con el hermano de este, Carlos María Isidro.
Un mes después, las dos infantas iniciaban un largo viaje hacia tierras españolas. El 28 de septiembre de 1816 se encontraban las dos hermanas cerca de Madrid con sus ya entonces esposos con los que se habían casado por poderes en Cádiz. Fernando tenía entonces treinta y dos años y ella diecinueve. La ceremonia de ratificación de los dos enlaces se celebró en la iglesia madrileña de San Francisco el Grande.
Dos meses después, María Isabel empezó a notar los síntomas de un primer embarazo. Pero la alegría inicial duraría muy poco tiempo. La infanta María Isabel Luisa, nacida el 21 de agosto de 1817, no superó los cinco meses de vida.
La impulsora de las artes
María Isabel de Braganza era una gran aficionada al arte. En una estancia en El Escorial visitó las obras de restauración del monasterio que había quedado dañado después de la guerra de la Independencia. En sus sótanos descubrió un gran número de obras de arte mal apiladas y pensó en exponerlas en el palacio de Riofrio. Los lienzos eran obras de grandes maestros italianos y españoles y que se habían trasladado allí desde el desaparecido Alcázar de Madrid. Otras eran pinturas expropiadas por los franceses que se habían almacenado en aquellos sótanos para ser trasladadas con posterioridad a París.
El pintor Francisco de Goya propuso entonces a María Isabel que las trasladara de nuevo a Madrid donde se podrían mantener mejor y podrían ser admiradas por un mayor número de personas.
María Isabel de Braganza como fundadora del Museo del Prado. Bernardo López Piquer. Museo del Prado
El lugar para albergar aquella incipiente pinacoteca fue el Gabinete de Historia Natural, un edificio aún por terminar que había mandado construir Carlos III, abuelo de su esposo. Nacía así el Museo del Prado, gracias a la inquietud artística de la reina María Isabel de Braganza.
Una cesárea mortal
María Isabel se volvió a quedar de nuevo embarazada, un embarazo que se vivió con cierta preocupación por parte de los médicos. El 26 de diciembre de 1818 empezaron las primeras contracciones. El parto se alargó hasta que la reina sufrió una preeclampsia que las crónicas del momento denominaron una alferesía. Lo cierto es que horas antes de iniciarse el parto, la reina se había visto aquejada de unos fuertes dolores de cabeza, preludio del terrible desenlace. Los médicos, ante el cuerpo inconsciente de María Isabel, la creyeron muerta. El rey dio autorización para practicar a su esposa una cesárea de urgencia e intentar salvar a un posible heredero al trono. Mientras, su hermana María Francisca insistía en esperar creyendo que María Isabel no había muerto. No se equivocaba. Cuando el médico empezó a cortar el vientre de la reina ésta dio un grito desgarrador. Sin ninguna compasión para la parturienta, la cesárea no se detuvo. María Isabel murió desangrada. Tenía solamente veintiún años. La niña que extrajeron de su vientre moría a los pocos minutos.
María Isabel no dio a la corona el ansiado heredero, por eso fue enterrada en el Panteón de Infantes de El Escorial. Fue sin embargo gracias a ella que hoy podemos disfrutar de una de las pinacotecas más importantes del mundo.
El Real Museo de Pintura se inauguraba el 19 de noviembre de 1819, un año después de su muerte. El pintor Bernardo López Piquer inmortalizó a María Isabel en un bello cuadro en el que aparece señalando con una mano el edificio del que sería el Museo del Prado y con la otra se apoya sobre los planos del mismo.
Si quieres leer sobre ella
Los espejos de Fernando VII, Mª Pilar Queralt del Hierro
Ginecología y vida intima de las reinas de España, Enrique Junceda
De peque solía hojear las revistas ¡HOLA! y fantaseaba viendo las fotos de las reinas y princesas imaginándolas en Cuentos de Hadas...
ResponderEliminarActualmente mientras más leo y me informo sobre las biografías de los monarcas, crece mi desprecio. Siglos atrás los reyes y poderosos utilizan a sus propias hijas como moneda de cambio.
Leyendo esta entrada se desprende que María Isabel era una buena mujer, dedicada a preservar el aporte cultural de su nueva patria, no como otras frívolas damas que sólo viven abanicándose en el chaise lounge.
Gratitud hacia María Isabel de Braganza...
Querida Sandra, con respecto a esta desdichada mujer se cuenta que el asunto de su matrimonio con Fernanado VII no empezó bien desde el principio, dicen que cuando su esposo la vio, exclamó despectivamente: "Fea, pobre y portuguesa, ¡chúpate esa!". Con esos inicios, soplaban malos augurios para la pareja.
ResponderEliminarTuve la suerte de poder ver el cuadro de su retrato con el que ilustras esta entrada hace unos años en A Coruña, en una estupenda exposición en la Fundación Caixa Galicia, acompañada de mi "costilla consorte", profesor de Arte y con mi colega también de Arte, mi siempre colaboradora en los viajes a Roma, donde salió a colación el poco delicado comentario del Rey Felón referido a su esposa MªIsabel
Mil bicos..
Muchas gracias por dar a conocer la vida de una de las esposas del último rey absolutista de España Fernando VII.No sabía que fuera María Isabel de Braganza la impulsora del actual Museo del Prado.
ResponderEliminarQuisiera recomendarle los nombres de otras reinas de España como Isabel II, sucesora de Fernando VII al trono de España,Isabel de Farnesio,2ª esposa del primer rey español de la dinastía borbónica Felipe V y madre del rey Carlos III,o Victoria Eugenia de Battenberg,nieta de la reina Victoria de Reino Unido y esposa de Alfonso XIII.
Otra reina que creo que debería hablar es Isabel I de Inglaterra,hija de Enrique VIII y de su segunda esposa Ana Bolena.
Por cierto,tuve la ocasión de visitar el Museo del Prado y me ha encantado ver las obras expuestas y conservadas allí.Muchísimas gracias por tu blog y sigue dandonos a conocer de estas mujeres inolvidables de la historia.
Y este es el único legado que nos pudo dejar una reina que desgraciadamente murió demasiado joven.Quien sabe que más podría haber aportado.Aunque el museo del Prado no es poco.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Una mujer con un papel fugaz pero inmenso en la historia de España.
ResponderEliminarPeut être que Maria Isabel de Branganza est représentée sur le billet de banque 25 pts 1931 ?
ResponderEliminarLe détail du tableau du peintre Vicente Lopez Portana : "Alégoria de la donacion del Casino a la reina Isabel de Braganza" finit en 1818 lui rend hommage. Elle serait la personne assise au coté de l'ange au revers du billet.
Je pense qu'elle peut mériter cette place tant elle a pu œuvrer pour l'entourage artistique en si peu de temps. Deux ans de règne et un intérêt impressionnant pour la culture et les arts.
Elle est sans aucun doute la première à se préoccuper de rassembler les tableaux de la collection des monarques espagnols ainsi que de tous les tableaux éparpillés par la guerre napoléonienne. Elle est même a l'origine du premier nom donné au Museo De Arte Réal : le musée Fernandino qui deviendra El Prado. Bien que l'édifice (non finit par l'architecte Villabuena en 1808 pour cause de guerre) et partiellement détruit ensuite, Antonio lopez Agnado aura pour mission de restaurer l'édifice. Vicente Lopez Portana fut le premier directeur de ce musée en 1819 soit un an aprés la mort de la reine.
Il n'y a aucun doute que cette grande dame mérite une place d'honneur dans le coeur des espagnols.
En Motril (Granada), su Patrona la Virgen de la Cabeza, viste un manto que regaló la Reina a una de sus sirvientas que era motrileña. Según se dice era de una capa de montar a caballo.
ResponderEliminarSe acondicionó y es el que luce, precisamente hoy, que es la procesión de su Fiesta.
Motril 15 de Agosto de 2018.