El año 202, el emperador Septimio Severo (193-211) prohibía las conversiones al cristianismo y judaísmo. Empezaba un nuevo período de duras persecuciones, sobretodo en el norte de África. En Cartago, Vibia Perpetua, fue una de las muchas personas que sufrió el martirio por no cumplir con la ley imperial. Madre noble Vibia Perpetua, pertenecía a una noble familia romana que vivía en Cartago. El año 203, cuando fue ejecutada, estaba casada y tenía un hijo pequeño al que aún alimentaba. A pesar de que sus padres profesaban la religión oficial del imperio, Vibia se acercó a las ideas cristianas convirtiéndose en catecúmena. Los catecúmenos eran paganos que querían convertirse al cristianismo pero aun no estaban bautizados.
Soy Sandra Ferrer Valero, escritora apasionada por la historia de las mujeres. Comparte conmigo el amor hacia un pasado en femenino