Humanista difamada, Isotta Nogarola (1418-1466)



Isotta Nogarola representa el prototipo de mujer inteligente que lejos de ser aplaudida por el mundo, fue rechazada por los círculos intelectuales masculinos y por los celos y envidias femeninas. En la Italia humanista no hubo mucho espacio para el pensamiento femenino.

Círculo de humanistas
Huérfana de padre, Isotta Nogarola se crió junto a su hermana Ginevra en el hogar protector de su madre, Bianca Borromeo. Conocedora de las nuevas corrientes intelectuales que despertaban en la Italia renacentista, Bianca no dudó en contratar a sabios preceptores que enseñaran a sus hijas las nuevas ideas humanistas.

El celibato y el saber
Al contrario que su hermana Ginevra, quien abandonó sus estudios para contraer matrimonio, Isotta decidió vivir una existencia célibe para poderse dedicar plenamente al estudio y la euridición. Su profunda e inteligente labor intelectual empezó pronto a ser conocida, que no reconocida, gracias a la relación epistolar que mantuvo con otros eruditos.

Rechazada por su saber
Pero el prestigio y la fama que empezaba a ganar la inteligencia de Isotta parece que no gustó a los sabios italianos quienes no dudaron en rechazar a la joven. En su afán por apartar a Isotta de los círculos del saber, no tuvieron inconveniente en criticar e incluso difamar su persona llegando incluso a ser acusada de incesto con su propio hermano.

Muchas damas veronesas, seguramente llevadas por los celos, la envidia y el rechazo ante una mujer tan sabia, se unieron a las voces contrarias a Isotta.

Recluida en defensa del saber
Humillada, Isotta aceptó el desprecio del mundo pero no renunció a su vida intelectual. A partir de ese momento y hasta el fin de sus días, viviría recluida en su palacio en el que se volcó de lleno en el estudio de las Sagradas Escrituras. Su obra De pari aut impari Evae atque Adae peccato supone uno de los textos más importantes y originales del humanismo italiano. Isotta reflexionó sobre la culpabilidad de Adán y Eva en el pecado original, dando a Adán parte de la responsabilidad que siempre se había adjudicado a Eva, a quien, sin embargo, culpaba de una fuerte debilidad femenina.

En su último periplo de reclusión, Isotta no estuvo sola. El noble veneciano Ludovico Foscarini fue un gran apoyo para ella. Ludovico ayudó a la joven en su camino de piedad y devoción cristiana.

Isotta Nogarola moría en su palacio de Verona en 1466.

 Si quieres leer sobre ella

Las olvidadas, una historia de mujeres creadoras, Ángeles Caso

Comentarios

  1. Has leído el Harén en occidente? Me hace pensar en ese libro alguna de tus reflexiones. Habla sobre las cosas que se valoran de las mujeres en occidente y en oriente...de la condición femenina en general. Hace algunas reflexiones muy interesantes, creo que te gustaría.

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  2. Anna, no lo he leído pero acabo de buscar los datos de autora y editorial para conseguirlo. Tiene muy buena pinta; gracias por la recomendación!

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  3. Sabes si los Diálogos de Isotta: De pari aut impari Evae atque Adae peccato, están traducidos o acaso comentados?
    Muchas gracias

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    1. Pues la verdad es que yo no los he encontradom al menos en castellano

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    2. pues yo he entrado aqui solo para un trabajo de sociales

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    3. Hay un trabajo de la Universidad de La Rioja, es de Dialnet. Ese trabajo se ocupa de la situación de la mujer en el siglo XV, pero hace una larga referencia a Isotta y te copio la parte donde se discuten los Diálogos de Adan y Eva:

      Partiendo de las tesis de San Agustín(11) según las cuales Adán y Eva
      compartían culpas en su expulsión del paraíso, Isotta Nogarola utilizaba los
      prejuicios masculinos sobre la inferioridad de la mujer para argumentar que
      Eva no tuvo toda la culpa del pecado original. Dios creó al hombre y le dio
      “gran capacidad de comprensión y conocimiento de la verdad, y también
      una gran sabiduría” (Abel, 1886: II), en cambio, Eva era, como mujer,
      “débil e ignorante por naturaleza” . El hombre era superior a la mujer,
      intelectual y moralmente, por tanto, Adán debería haber tenido la suficiente
      autoridad moral, como hombre, para no haber cedido él a la tentación y
      haber frenado la debilidad de Eva, evitando así la consumación del pecado
      original: “Eva pecó mucho menos, haciendo caso a la astuta serpiente, que
      Adán, que había sido creado por Dios con perfecta sabiduría y
      conocimiento, al escuchar la persuasión y la voz imperfecta de una mujer”.
      Margaret King (1993: 60) opinaba que este argumento era paradójico
      respecto a las intenciones de Nogarola de reivindicar la igualdad de la mujer
      pues para descargar a Eva de su culpa admitía su inferioridad respecto al
      hombre y que Foscarini ganaba el debate precisamente porque el
      argumento de Nogarola suponía una “rendición, una admisión innata de la
      inferioridad de la mujer”. Sin embargo, en nuestra opinión la estrategia de
      Nogarola había sido más sutil, pues, en realidad, Foscarini se veía obligado
      a reconocer que “como seres humanos, la mujer y el hombre son iguales”
      (Abel, 1886: I, 214) para sostener su argumento de que el hecho de que
      Adán también fuera culpable por haber desobedecido la orden divina no
      eximía de sus culpas a Eva pues también ella había desobedecido a Dios.
      Es decir, para que ambos tuvieran la misma culpa, ambos debían ser
      iguales, de lo contrario el argumento de Nogarola era válido y, dada su
      inferioridad como mujer, Eva había sido menos culpable que Adán.
      (11).- Según Margaret King (1993: 60), en la obra agustiniana De genesi ad litteram libri XII.

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  4. Gracias a está pagina he logrado conocer a un monton de mujeres marabillosas, como Isotta. La admiro por no rendirse en su busqueda del conocimiento. Ella es una mujer hermosa.

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