Pescando fósiles, Elizabeth Philpot (1780-1857)



Elizabeth Philpot es una de esas mujeres dedicadas al mundo de la ciencia cuya vida y obra pasó desapercibida para la historia. Poco se sabe de ella, si no hubiera sido por su amistad y colaboración con Mary Anning, otra gran coleccionista de fósiles. Ambas se conocieron en Lyme Regis y, a pesar de su diferencia de edad y de clase, su pasión por descubrir el pasado las unió para el resto de sus días.

Elizabeth Philpot nació en el seno de una familia acomodada del Londres de finales del siglo XVIII. Después de la muerte de sus padres, su hermano les buscó un lugar para vivir, pues la casa familiar pasaba directamente a él y no a sus hermanas. Así, Elizabeth, Mary y Margaret se trasladaron a vivir a Morley Cottage en Lyme Regis, una localidad de Dorset, al sur de Inglaterra. Las hermanas Philpot dedicaban buena parte de su tiempo a buscar fósiles en los acantilados de la zona. Su extensa colección la exponían a menudo en su casa para que pudiera ser contemplada por los visitantes del lugar. Mientras ellas tenían el mundo de la paloentología como algo con lo que disfrutar, una niña de Lyme Regis, Mary Anning, lo hacía para ganar dinero para su propia familia.

A pesar de que Elizabeth tenía veinte años más que Mary y que provenían de mundos sociales distintos, pronto se hicieron amigas y disfrutaron de su pasión común por los fósiles. Un día de los muchos que ambas salían a buscar restos del pasado, Mary descubrió en un belemnite una cámara con tinta seca que Elizabeth consiguió recuperar. Al mezclarla con agua, la tinta se pudo utilizar para algunos de sus dibujos. La técnica de recuperación de la tinta seca sería imitada por otros buscadores del lugar.



Elizabeth Philpot se especializó en la búsqueda de restos de fósiles de peces y mantuvo contacto constante con algunos de los paleontólogos y geólogos destacados de su tiempo, como William Buckland o Henry de la Beche. Sin embargo, en un tiempo en el que las mujeres tenían prohibido el acceso a la Sociedad Geológica, el trabajo de Elizabeth Philpot, como el de Mary Anning, nunca fue del todo reconocido.

El legado de Elizabeth Philpot descansa hoy en día en el Museo de la Universidad de Oxford y en el Museo Philpot, construido por uno de los sobrinos de las hermanas en Lyme Regis. Una especie de pez fósil, el Eugnatus philpotae, fue bautizado así por el paleontólogo suizo Louis Agassiz en su honor.

 Si quieres leer sobre ella 

Las huellas de la vida, Tracy Chevalier

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