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María II de Inglaterra (1662-1694)


El 30 de abril de 1662 nacía la reina María II de Inglaterra, Escocia e Irlanda. María era la primogénita del duque de York y futuro rey Jacobo II de Inglaterra. Jacobo se había convertido al catolicismo en 1668, pero las dos únicas hijas que sobrevivieron, María y Ana, fueron educadas como protestantes por orden del rey, su tío, Carlos II. Cuando su madre, Ana Hyde, falleció en 1671, Jacobo se volvió a casar, esta vez con la princesa católica María de Módena. 

María se casó con el príncipe protestante de Orange, Guillermo, en 1677. La pareja vivió un tiempo en los Países Bajos donde María sufrió varios abortos y no consiguió tener descendencia, lo que provocó en la princesa una profunda tristeza. A esto su unió la infidelidad de su marido con una de sus damas de honor.

Cuando en 1685 falleció Carlos II sin descendencia legítima, el padre de María ascendía al trono como Jacobo II de Inglaterra y Irlanda y VII de Escocia. Su fe católica y su intención de conceder la libertad religiosa a sus reinos enfureció a los anglicanos. Nobles y políticos protestantes se acercaron entonces al príncipe de Orange, alertados sobre todo por el nacimiento de un heredero varón, pues María de Módena había dado a luz a Jacobo Francisco Eduardo en 1688, un niño que sería educado como príncipe católico. 

No tardaron en aparecer bulos afirmando que el niño era ilegítimo o que era un farsante al que habían puesto en la cámara de la reina tras haber dado a luz a un niño muerto. María y Ana no tardaron en unirse a los rumores en contra de su padre y de su nuevo hermanastro. 

Fue entonces cuando se le ofreció a Guillermo de Orange el trono de Inglaterra. María convenció a su marido, que tenía algunas dudas sobre la operación y finalmente sus tropas invadieron Inglaterra. Jacobo II tuvo que huir de Inglaterra y vivió en el exilio en Francia hasta su muerte. 

Guillermo de Orange entró triunfante en Londres, mientras María no tardó en sentir ciertos remordimientos por haber ayudado a derrocar a su propio padre quien no dudó en criticar públicamente su deslealtad. Además, Guillermo no tardó en exigir ser nombrado rey de pleno derecho y no un simple consorte. 

La Declaración de Derechos de 1689 aprobada por el Parlamento, lejos de ofrecer el trono al hijo de Jacobo II, Jacobo Francisco Eduardo, lo puso en bandeja al príncipe de Orange y su esposa María. A pesar de que ambos fueron elegidos soberanos, él sería quien tendría la potestad última de gobernar. Posteriormente, se dejó por escrito que la rama legítima de Jacobo II y su hijo quedaban para siempre excluidos de la línea dinástica inglesa, incluidos todos aquellos miembros de la familia real que se declararan católicos. 

En abril de 1689 María II y Guillermo III eran coronados reyes de Inglaterra en la Abadía de Westminster. Algunos defensores de Jacobo intentaron evitar su deposición, pero fueron finalmente derrotados. Como los nuevos reyes no tenían descendencia, por el momento, sus herederos serían Ana, la hermana de la reina, y sus hijos. 

María ejerció el gobierno efectivo de Inglaterra durante las ausencias de su marido, luchando en puntos calientes como Irlanda o los Países Bajos. 

A finales de 1694, la viruela terminó con la vida de María II de Inglaterra. Su marido siguió gobernando hasta su propia muerte en 1702. Fue entonces cuando Ana, hermana de María, subió al trono como Ana de la Gran Bretaña.