La viajera filantrópica, Mary Elizabeth Herbert (1822-1911)

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Mary Elizabeth Herbert tuvo una vida apasionante y alejada de la normalidad. Casada con un conde y futuro barón, colaboró con Florence Nightingale en la guerra de Crimea, cuidó a sus siete hijos incluso después de enviudar, viajó de manera incansable y, tras convertirse al catolicismo en el ecuador de su vida, se volcó en las obras de caridad. 

Mary Elizabeth Ashe A'Court nació el 21 de julio de 1822 en Surrey, Inglaterra. Su padre, el general Charles Ashe A'Court, era un destacado miembro del parlamento, que se había casado en Palermo con Mary Elizabeth Catherine, la hija y heredera de un mercader. La pareja tuvo dos hijos, Charles Henry Wyndham y la pequeña Mary Elizabeth.

Elizabeht, creció en un ambiente acomodado, rodeada de los lujos de la alta sociedad victoriana. A los veinticuatro años contrajo matrimonio con Sidney Herbert, segundo hijo del Conde de Pembroke y un ambicioso político. La pareja tuvo siete hijos, cuatro niños y tres niñas.

En 1860, la señora Herbert acompañó a Sidney a la guerra de Crimea. Mientras su marido asumía el cargo de Secretario de Guerra, Elizabeth se unió a la enfermera Florence Nightingale a la que ayudó curando a los heridos por el conflicto. Poco después, su marido era nombrado Barón Herbert de Lea, un título del que pudo disfrutar muy poco. En 1861, Lady Herbert de Lea enviudaba.

Lejos de encerrarse en su hogar, la baronesa viajó por muchos países, entre ellos España, Egipto o Palestina, experiencias que plasmó en distintos libros.

En 1866 se convirtió al catolicismo en Palermo y centró sus obras de caridad en proyectos de la Iglesia, como el que realizó junto al Cardenal Vaughan en el Saint Joseph's Foreign Missionary College de Londres.

Mary Elizabeth Herbert falleció el 30 de octubre de 1911.

 Referencias 

www.newadvent.org/cathen/16044c.htm
www.britannica.com/biography/Mary-Herbert-Countess-of-Pembroke

Comentarios

  1. Está claro, muchas pobres mujeres pacatas, pero aquellas valientes lo fueron y mucho.

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