Con la mirada en las estrellas, Maria Mitchell (1818-1889)

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En 1848, el rey Federico VII de Dinamarca otorgaba un premio a una mujer que, al otro lado del Atlántico, había descubierto un cometa. Era la tercera mujer en la historia que identificaba uno en aquel cielo al que tantas horas había mirado a través de su telescopio. Perteneciente a una comunidad cuáquera que defendía el igual acceso a la educación de niños y niñas, María Mitchell aprendió de su padre, un reputado astrónomo que transmitió a su hija la pasión por la ciencia de las estrellas. Mitchell fue una mujer excepcional. Además de ser profesora en la Universidad de Vassar, estuvo comprometida con la causa antiesclavista y con los derechos de las mujeres.

Maria Mitchell nació el 1 de agosto de 1818 en una extensa familia cuáquera de Nantucket Island. Sus padres, William Mitchell y Lydia Coleman criaron a diez hijos en la igualdad. Todos, niños y niñas, tuvieron el mismo acceso a la educación. Maria estudió en su infancia en la escuela Elizabeth Gardener y posteriormente en la North Grammar School, donde su padre era profesor. Cuando tenía once años continuó estudiando en la escuela que acababa de fundar William Mitchell en la que, además de asistir como alumna, ejerció de ayudante de su padre. Maria heredaría de su progenitor su pasión por la astronomía y ya desde entonces recibía lecciones privadas en su casa junto al telescopio familiar.

Maria continuó estudiando en la escuela de Cyrus Peirce donde también colaboró como ayudante hasta que en 1835 abrió su propia escuela en la que aceptó a niños tanto blancos como negros, algo impensable en aquel tiempo. Un año después inició un trabajo como bibliotecaria en el Nantuchet Atheneum. Y además tenía tiempo para dedicarse al estudio de los astros.

El 1 de octubre de 1847, Maria Mitchell descubriría el cometa que llevaría su nombre y que le valdría el reconocimiento de la comunidad científica. Era la tercera mujer en la historia, después de Caroline Herschel y Maria Winckelmann que descubría un cometa. Un año después se convertía en la primera mujer en formar parte de la American Academy of Arts and Sciences. En 1850 volvía a hacer historia como primera científica en ingresar en la American Association for the Advancement of Science.

Años después, la universidad femenina de Vassar la requeriría como profesora de astronomía y fue nombrada directora de su observatorio. Maria permaneció en Vassar desde 1865 hasta 1888, tiempo en el que reivindicó que su salario debería ser el mismo que el de los profesores, los cuales ganaban más que las profesoras.

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Maria, además de ser una reputada astrónoma, dedicó parte de su vida a luchar contra las injusticias sociales como la esclavitud (dejó de usar vestidos de algodón en señal de protesta) y estuvo vinculada a los movimientos feministas de su tiempo. En este sentido, además de permanecer en contacto con figuras como Elizabeth Cady Stanton, participó activamente en la fundación de la American Association for the Advancement of Women.

Maria Mitchell trabajó hasta poco tiempo antes de su muerte, acaecida el 28 de junio de 1889, poco antes de cumplir los 88 años de edad.

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