La reina traicionada, Victoria Eugenia de Battenberg (1887-1969)

Foto: Wikimedia Commons

En 1968, con motivo del nacimiento del príncipe Felipe, una anciana Victoria Eugenia volvía a España después de 37 años de exilio. Atrás quedaba una vida de soledad e incomprensión como reina consorte de un país que no la aceptó y un rey que pasó de un amor apasionado hacia ella a distanciarse irremisiblemente. Su matrimonio empezó con un dramático atentado que no vaticinó nada bueno.

Victoria Eugenia Julia Ena de Battenberg, nacida en el Castillo de Balmoral el 24 de octubre de 1887, era nieta de la reina Victoria de Inglaterra. Conocida como la abuela de Europa, la reina Victoria educó a sus hijos y algunos de sus nietos en una estricta moral cortesana que harían de Ena una princesa de rígido carácter. Su espectacular belleza enamoró a Alfonso XIII nada más verla en una visita a Inglaterra en 1905.

El rey de España estaba dispuesto a casarse con Victoria Eugenia a pesar de las muchas inconveniencias que suponía aquel matrimonio. La princesa inglesa era anglicana, no era noble y llevaba en su sangre la peligrosa herencia de la hemofilia. A esto se unía la animadversión de la reina madre, María Cristina de Habsburgo, quien habría querido para su hijo una mujer austriaca como ella. A pesar de las adversidades, Alfonso XIII comunicaba con un telegrama a su madre su firme decisión: “Me he comprometido con Ena. Abrazos. Alfonso”.

El primer escollo, el religioso, fue solventado con la abjuración de Victoria Eugenia del protestantismo, mientras su tío, el rey Eduardo VII le daba el tratamiento de Alteza Real. De la cuestión de la hemofilia, el rey no quiso oír ni hablar.

El matrimonio de Alfonso XIII y Victoria Eugenia no pudo empezar peor. El día de la boda sufrieron un terrible atentado a manos del anarquista Mateo Morral. A pesar de que la bomba que lanzó el atacante no dio de lleno en la carroza real, mató a varios de los miembros del séquito e hirió a muchos otros. La escena no podía ser más aterradora. Muertos y heridos alrededor de los monarcas. La reina, con todo el vestido ensangrentado, cuando su marido le dijo “es una bomba”, ella respondió serena, “ya me lo ha parecido. No importa. Te demostraré que sé comportarme como una reina”.

Foto: Wikimedia Commons

Pocos meses después de aquel dramático enlace, daba a luz a su primer hijo, que recibió el nombre de Alfonso. La sombra de la hemofilia apareció entonces con fuerza al descubrir que el pequeño había heredado la enfermedad. Alfonso XIII, quien al casarse con Ena era totalmente consciente de aquella posibilidad, aceptó muy mal la realidad culpando a la reina e iniciando un alejamiento de ella que se haría irreversible. El monarca se acercaba a la reina para concebir un nuevo príncipe o princesa mientras mantenía relaciones extraconyugales que sumieron en una terrible soledad a la reina. En junio de 1908 nació Jaime, un niño que tampoco trajo la alegría a su familia a causa de una terrible operación de oídos que le dejó sordo. Al año siguiente nacía Beatriz y en 1910 un bebé muerto, al que le seguiría una niña que recibió el nombre de María Cristina. Fue en 1913 cuando al fin nació el príncipe Juan quien, para alegría de todos no heredó la hemofilia. Tras él aun nacería Gonzalo, quien sí sufriría la terrible enfermedad.

Foto: Wikimedia Commons

Triste y sola, Victoria Eugenia no recibió el cariño de la corte ni del pueblo, ni tan siquiera cuando demostró ser una reina solidaria que se volcó en realizar destacadas obras de caridad.

En su largo exilio, la reina vivió muchos años separada de Alfonso XIII, con quien se reencontró en 1938 en Roma con motivo del nacimiento del príncipe Juan Carlos. Tras la muerte de su marido en 1941, Victoria Eugenia se trasladó a vivir a Suiza donde moriría en 1969. Solamente volvió a España con motivo del nacimiento del que hoy es rey de España.

 Si quieres leer sobre ella 

Victoria Eugenia de Battenberg: un amor traicionado, José Infante
Ena, Pilar Eyre


Comentarios

  1. Esto pasa por casarse con quien no se debe, pero no todos aprenden la leccion,tarde o temprano y en cualquier aspecto la historia se repite

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    1. A quien te refieres? Quién se ha casado con quien no debía?

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  2. Mara Natchios Zatara17 de mayo de 2016, 12:15

    Yo no creo que ella tuviera culpa de nada, sino el Alfonsito por ser el típico rey que en cuanto las reinas les engendraban hijos enfermos o se cansaban de ellas = "si te he visto no me acuerdo".

    Encima menudo cabrón echándole la culpa a ella de que los hijos salieran hemofílicos, si al casarse ya era consciente del asunto, de qué se queja después.

    Pobre mujer.

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    1. Tienes toda la razón, el sabía lo de la hemofilia...

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  3. Recién estoy viendo tu página - Me gusta mucho .. después te escribiré .
    Cariños , Ester

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  4. Muy buen artículo. Pobre mujer. Es verdad que el pueblo español nunca la quiso y pienso que fue una buena reina, consorte, madre, abuela y muy misericordiosa.
    Saludos.

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    1. La verdad es que el pueblo español fue muy desagradecido con la reina Eugenia.

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  5. Supongo, que al igual que el rey sabía todo lo concerniente a su prometida(Victoria Eugenia),ella tendría conocimiento, de la manera de ser de los Borbones, en cuanto, a la fidelidad, por lo que no le tendría que sorprender, el comportamiento de Alfonso Xlll.

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  6. Alfonso fue un desgraciado en todos los sentidos. Ena lo amaba y él hizo su vida un verdadero infierno junto con su madre.

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